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La sentencia se puede invertir perfectamente, y es que si tu trabajo es replicable por un mono, tratarán de pagarte con mani. La pregunta es dónde está la escasez: ¿hay muchos trabajadores calificados a los que se les paga con mani? ¿O es que para trabajar en puestos calificados a veces cuesta encontrar algo que no sean monos? Bueno, en ese caso es fácil de dilucidar, porque siempre lo escaso es más caro. En un país donde hay una diferencia tan grande entre un técnico o profesional y alguien que no lo es (un profesional gana en promedio 6 veces lo que un no profesional en su primer trabajo), todo indica que se está premiando la capacidad, es decir, lo escaso son los capacitados. Por otro lado, la experiencia de exceso de calificación en los trabajadores sin suficiente poder empresarial la vivió Uruguay a mediados del Siglo XX: poseedores de la mejor educación del continente, vieron cómo sus jóvenes profesionales partían a trabajar a otros lados ante la falta de oportunidades en el país. Es decir...parece que sobran los monos.

Eyzaguirre claramente es una persona brillante, y ha sido autor de muchos comentarios muy iluminados en términos de política pública, en especial desde que abandonó la trinchera contingente y tuvo la libertad para criticar también a su propio gobierno precisamente por el manejo del tema educacional (recordemos su renunca al consejo de innovación). Su crítica amplia y aguda es algo siempre digno de escucha y casi siempre de aplauso.

Por todo lo anterior, no quisiera criticarlo sin conocer exactamente sus palabras. Sin embargo, se pueden hacer muchos comentarios: es cierto que una subvención de $45.000 es muy baja, y una educación de país desarrollado no se puede lograr con un monto como ese. Pero no es menos cierto que el gasto en educación ha crecido enormemente durante los últimos 20 años, logrando mejoras significativas en cobertura, pero nulas en calidad. El resultado es dramático: entre el año '90 y el 2005 (cuando leí un estudio de la PUC sobre el tema) los indicadores de distribución de ingreso no variaron. Dicho en forma simple, más plata no implica mayor calidad, y cuando la calidad no sube, el ingreso tampoco. Junto con ir paulatinamente metiéndole más plata al sistema, se deben hacer cambios en el modelo de gestión, incorporando estímulos a hacer las cosas bien y castigos a hacer las cosas de manera insuficiente, porque según varios especialistas, estos estímulos desaparecen en la articulación entre la actual y agonizante LOCE y el Estatuto Docente.

Recuerdo la conversación hace un tiempo con una directora de un colegio para alumnos de escasos recursos de Santiago, que logró 50 puntos de subida en el SIMCE bajo su gestión. Era la época del consejo ampliado para mejorar la calidad de la educación, y criticándolo, dijo una frase que era algo así: "El problema es que creen que pueden mejorar la educación con puras reformas pero manteniendo a los mismos incapaces a cargo de las decisiones".

Saludos,

Carlos