Columna: El cobre y la esperanza de un pueblo

La crisis económica internacional ha afectado a todas las economías mundiales y ello ha permitido que el precio de nuestro metal estrella, el cobre, también vaya sufriendo las variaciones bursátiles consiguientes y hemos constatado con alegría cómo han ido subiendo los precios en los mercados internacionales obligando a nuestras autoridades a poner más atención a la distribución de los ingresos extras del cobre y cuidar los recursos naturales maximizando sus rendimientos y explotación mineralógica.
Alegría hubo en su momento cuando el alza del metal iba progresivamente subiendo y en las esferas económicas de la actualidad existe un disimulado entusiasmo porque ven aumentar las arcas fiscales en forma constante y cada día que pasa sube más y más, mientras los apetitos surgen en todos los sectores que ven en esta algarabía de billetes una fiesta de nunca acabar y esa nebulosa no nos permite ver la verdadera realidad y no nos permite visualizar que este efímero sueño, algún día se va a acabar.
Por suerte el cobre está fluctuando positivamente en la bolsa internacional y se mueve al vaivén de los vientos que soplan y si esta crisis sigue prolongándose en el tiempo en los países europeos específicamente y la creciente economía de China y otros países emergentes que demandan cada día más cobre chileno sigue aumentando, las esperanzas de revertir las situaciones adversas de muchos sectores de la población se verán fortalecidas y esperan con justa razón que algo de estas ganancias vayan a solucionar muchos problemas sociales y también de infraestructura que aún están visibles y es el momento para invertir en ellos.
Es conveniente estudiar con más tranquilidad este breve auge económico que tenemos entre manos y con más calma analizar los informes económicos que dan cuenta del precio diario de la libra del cobre en la bolsa de metales de Londres y por lo tanto comprenderemos lo que ello significa para la economía del país.
Los excedentes del cobre deben servir para realizar una mayor distribución de la riqueza invirtiendo en las personas más desposeídas y con esta acumulación de ingresos fiscales se pueden concretar varias obras materiales y sociales permitiendo a muchas personas salir del círculo de la pobreza que los agobia.
El ciudadano común también tiene algo que decir al respecto y ahí están a la expectativa los trabajadores para exigir mejores remuneraciones y los estudiantes exigiendo mayores recursos económicos para garantizar una mejor calidad en la educación entre otras exigencias.
Los profesores están demandando al gobierno que se les pague la deuda histórica a la cual muchos hacen oídos sordos y con esta fórmula comunicacional han permitido que muchos profesores hayan fallecido esperando la tan ansiada deuda y de ello poco se habla y parece que nuevamente va a quedar en el olvido.
Se hacen muchas elucubraciones esperando la solución a todos los problemas apelando a la sensibilidad social que se tiene con los trabajadores jubilados cuya supresión del 7% a la salud aún no se concreta, descuento que se les hace en sus escuálidas planillas de pago de pensiones y que en muchos casos son de muy bajo monto y de urgente reparación mediante la eliminación total del consabido impuesto y en ningún caso con parcialidades como algunos economistas sugieren proponer al congreso nacional.