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La vida no sería lo mismo sin las artes, eso es seguro. La cultura ocupa un espacio importante en cada uno de nosotros, sea cual sea la disciplina. Sin embargo, pareciera que como sociedad no le hemos dado el lugar que merecen realmente, pues no ha existido voluntad de legislar sobre políticas públicas para los y las artistas de Chile y hoy con esta pandemia ha quedado en evidencia lo precarizada que ha quedado la cultura. Si bien, ya había sido un remezón el estallido social del 2019, igualmente la cultura y las artes se estaban gestionando en sus respectivos espacios, teatros, bares, museos, centros culturales. Hoy en día lamentablemente eso ha cambiado debido a las normas sanitarias y de distanciamiento social, dejando a artistas cesantes y sin una o quizá la única fuente de ingreso.

No por nada se evidenció, con esta catástrofe pandémica que la situación de los trabajadores de la cultura como artistas, intermediarios, o técnicos, no son iguales a las de otros rubros, más convencionales o “exitosos”. En cuanto a las personas dedicadas a la cultura y las artes se encuentra más porcentaje de artistas que trabajan de forma independiente, no generando cotizaciones previsionales en el sistema de APF para la vejez. Esto toma total relevancia, por el contexto histórico que estamos viviendo, con la aprobación de la retirada del 10% de las APF en la Cámara de Diputados de la semana pasada que este miércoles se discute en el Senado.

Nuevamente la mayoría de los artistas quedan afuera de esa opción, porque simple y llanamente, ni siquiera registran en una AFP. En este escenario es complicado para quienes trabajan en la cultura poder tener una estabilidad en cuanto a las cotizaciones previsionales, lo que genera lagunas por periodos largos de tiempo en éstas y por lo tanto menos una pensión. La minoría de artistas trabaja de forma dependiente, y a los independientes no siempre se le paga o remunera por su trabajo, siendo urgente replantearse un sistema social que proteja al artista y su vejez, toda vez que si la población general esta desprotegida, aún más lo está el trabajador de la cultura y las artes.

Debido al distanciamiento social y precarización, los y las artistas están empleando nuevas fórmulas para poder trabajar a distancia en la modalidad online. De las crisis vienen nuevas oportunidades de reinventarse para llegar a más personas y de distintos territorios. Es por esto que es cada vez más común, ver transmisiones, en vivos, etcétera, en donde participan artistas mostrando su trabajo ante las cámaras en distintas plataformas de videoconferencia.

Es así como se ha estado reorganizando la cultura en la región de Los Lagos: talleres online de teatro con la reconocida actriz local Alejandra Vera, que cuenta con más de 20 años de experiencia , también la Corporación Cultural Puerto Montt con las convocatorias de “Cultura Para Tod@s” en donde ya van tres ediciones exitosas; por otro lado los show o transmisiones en vivo de #rockenpandemia de la Escuela de Rock Torrencial [13], que pueden ver en su página de Facebook, para asistir un show online. 

Lo que sí queda en evidencia, que a pesar de las adversidades de la crisis social y la pandemia, los y las artistas han sorteado estos problemas y los han visto como oportunidades para hacer llegar la cultura a la gente, sea como sea. Así que por ahora, tenemos cultura para rato.