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Algunos economistas hablan de que esta podría llegar a ser la peor crisis económica de la historia, y es que aún no llegamos al peak de contagios del covid-19 y la situación ya es tremendamente dramática, donde tanto el sector turístico como el de las industrias creativas han sido de los mas golpeados, lo cual es natural en un contexto donde las recomendaciones de todos los gobiernos apuntan a extender el confinamiento social lo mas posible, imposibilitando la realización de este tipo de actividades.

En medio de un escenario económico que asusta a cualquier emprendedor y empresario, es importante no solo atender las urgencias actuales, sino también adelantarse a lo que puede venir una vez que la situación sanitaria se estabilice y podamos retomar paulatinamente nuestras actividades. Y es que el covid-19 ha tenido tal nivel de impacto en nuestras dinámicas sociales que es de esperarse que termine por cambiar de forma definitiva la manera en que consumimos bienes y servicios. 

Este confinamiento puede ser un buen momento para reflexionar, investigar y planificar, lo cual será clave para la subsistencia de todo tipo de negocios. Los expertos mundiales de la industria turística hablan de que se está engendrando un nuevo perfil de turista, uno que dará mas importancia a temas medioambientales y sociales a la hora de elegir servicios, que rehuirá de las aglomeraciones y mas exigente en cuanto a la higiene y seguridad de instalaciones turísticas. También se habla de que será un turista que buscará actividades donde se consideren aprendizajes e intercambio cultural, lo cual hace sentido en un contexto donde la aislación nos ha permitido reconectar con cosas más trascendentales, como la importancia de relacionarnos con distintas realidades sociales y culturales, además de la toma de conciencia de nuestras capacidades personales. 

El llamado “Turismo Creativo” vincula de forma planificada al sector turístico con las industrias creativas; siendo este un tipo de turismo que ofrece experiencias personalizadas e inspiradoras, que permiten una participación activa invitando al turista no solo a aprender y compartir, sino que además a experimentar la co-creación junto a un residente de la comunidad local, posibilitando así una conexión emocional con la identidad y cultura local. Experiencias como aprender a hacer quesos con un productor local, aprender a construir una lancha chilota con un carpintero de ribera, fabricar tu propio instrumento musical en un taller de lutería o aprender a producir cerveza con expertos locales son parte de las posibilidades. 

El programa Corfo del cual estoy a cargo, PTI Destino Creativo Lago Llanquihue, facilitará la creación de experiencias de turismo creativo, con su escuela y mentorías para emprendedores y empresas locales que estén interesados en apostar por este nicho de mercado. El programa también considera el apoyo en la comercialización de este tipo de actividades y el posicionamiento de mercado de este tipo de turismo para nuestro destino turístico: la Cuenca del Lago Llanquihue.