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Todos los días alguien dice, estos políticos son todos iguales, reman para el lado de sus intereses o no les importa mucho que cambien las reglas de esta cancha. Mi inconsciente trata de pensar algo distinto, intenta no poner etiquetas ni encasillarlos en meros estereotipos. Pero duro golpe recibió mi inconsciente, con el reportaje publicada por radio Biobío [9] y las 800 líneas telefónicas que ostentan los 120 parlamentarios de la cámara de diputados.

De izquierda a derecha, de UDI a PC, de nueva mayoría a chile vamos y de puristas a no puristas se encuentra constituido el listado publicado por radio Biobio obtenido vía ley de transparencia. Más allá de un gasto necesario o legítimo como podrán decir algunos parlamentarios, existe un problema de fondo, los recursos utilizados para cubrir dichas líneas telefónicas son a costa del estado, presupuesto compuesto por los impuestos de todos los chilenos y chilenas. Más aun, estas asignaciones parlamentarias en telefonía son determinadas por ellos, ojala todos pudiésemos ser jueces y parte al momento de dictar nuestros sueldos, bonos u otra remuneración.

Estas son las situaciones que provocan el desprecio de la ciudadanía a los políticos o su abstención en procesos electorales, la inconsecuencia de algunos se refleja en ese reportaje, sobre todo en los puristas parlamentarios y académicos de la ética del frente amplio, Giorgio Jackson y Gabriel Boric, si bien rescato su iniciativa en disminuir dieta parlamentaria, se anclaron al conformismo de las regalías.

Símil a los parlamentarios puristas del FA, sucede en la región de los lagos, ninguno se escapa al uso de líneas telefónicas, mención especial al presidente de la cámara y diputado PS Fidel Espinoza que desde el año 2015 al 2017 ha mantenido 19 líneas, de cerca siguen los diputados de Chiloé Jenny Álvarez PS con 17 líneas y Alejandro Santana de chile vamos con 7 líneas o Marisol Turres con 8. Me pregunto qué respuesta darán estos parlamentarios más aun cuando son cuestionados por desaparecer de sus territorios.

Creo en una sociedad más justa para todos, en grandes reformas y en un estado garante de derechos, mi inconsciente y consciente dicen es posible alcanzar aquello, pero dependerá que elijamos parlamentarios idóneos, no lindos eslogan, tampoco académicos de la ética que vetan a todos y siguen las mismas prácticas, por eso este año elijamos a los que se comprometen con los territorios, con los trabajadores, con las reformas que hacen falta.