¡Ciencia! Monitorean alimento de las aves migratorias en Chiloé

15 Abril 2015

La Facultad de Ciencias de Universidad Santo Tomás sede Puerto Montt presentó el primer resultado del Monitoreo biológico de comunidades de macroinvertebrados intermareales presentes en Caulín y Curaco de Vélez.

Equipo El Repuertero >
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La isla de Chiloé tiene gran importancia para la invernada de diversas especies de aves playeras migratorias que viajan anualmente más de 30.000 km, de ida y vuelta, desde la Tundra de Alaska a Chiloé

Es por eso que en enero 2011, los Humedales orientales de Chiloé fueron nominados como un “sitio de importancia hemisférica” de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP). Dicho sistema de humedales está compuesto por una decena de sitios: Caulín, Curaco de Vélez, Pullao, Chullec, Rilán, San Juan, Castro, Putemún, Teguel, Nercón y Quinchao, que comprenden un total de 1.900 hectáreas.

Un aspecto notable de esta área es que alberga el 27% de la población global de Limosa haemastica y el 99% de su población para la costa Pacífico. Para el caso de Numenius phaeopus, el área recibe el 61% de la población de la costa Pacífico. Ambas especies se reproducen en América del Norte y se consideran de alta preocupación para la conservación a nivel global.

Actualmente se viene ejecutando la tercera fase del Plan de Conservación de Aves Playeras Migratorias de Chiloé, a través de una coalición de organizaciones nacionales e internacionales compuesta por Manomet Center for Conservation Sciences, U.S. Fish and Wildlife Service, The Nature Conservancy, National Audubon Society y las  ONGs chilenas Conservación Marina y Centro de Estudios y Conservación del Patrimonio Natural (CECPAN). El plan se desarrolla gracias al apoyo de Packard Foundation.

En este marco y a fines de marzo pasado, la Facultad de Ciencias de la Universidad Santo Tomás (UST) presentó los resultados del primer Monitoreo biológico de comunidades de macroinvertebrados intermareales presentes en Caulín y Curaco de Vélez, estudio encargado por Manomet Center a nombre de la coalición antes mencionada.

Además de caracterizar preliminarmente las áreas de alimentación de las aves playeras migratorias en las temporadas de primavera-verano de 2012 y otoño-invierno de 2013, este estudio inicial propone una hoja de ruta para un programa de monitoreo ecológico que considere el seguimiento de distintas especies que fueron dominantes tanto en Caulín como en Curaco de Vélez.

Particularmente, se propone dar seguimiento a la abundancia y biomasa de los poliquetos Perinereis gualpensis, P. vallata y Boccardia wellingtonensis, y los anfípodos Corophium bonelli y Hyale grandicornis. Adicionalmente, se plantea la necesidad de establecer las relaciones tróficas entre los macroinvertebrados presentes en las áreas de alimentación y las aves migratorias que anualmente llegan a Chiloé, monitorear sistemáticamente ciertas variables físico-químicas, y fortalecer el programa de conteo de aves playeras que se lleva a cabo en el sistema de humedales desde 2011.  

La Dra. Carmen Espoz, Decana de la Facultad de Ciencias de la UST, señaló que  “este estudio proporciona las bases para el desarrollo de un programa de monitoreo de largo plazo, clave para entender la complejidad y fragilidad de los humedales de Chiloé, como hábitats críticos para estas especies de aves que se encuentran entre las mayores migradoras del mundo y algunas de las cuales muestran preocupantes tendencias de declinación”.

Por su parte, Diego Luna Quevedo, especialista en conservación de la Oficina Ejecutiva de la RHRAP, señaló que “lo que estamos monitoreando es la salud de estos hábitats para las aves y pero también para el bienestar humano. Mantener la salud actual, requiere de decisiones de conservación que permitan regular actividad humana y productiva sobre las áreas de alimentación y/o descanso de las aves migratorias. De lo contrario, podríamos perder estos hábitats y sus funciones en el corto plazo”.

Los resultados del mencionado estudio están comenzando a ser difundidos entre los actores clave e interesados directos en la conservación de los humedales de Chiloé; comunidades locales, ONGs, municipios y Ministerios con competencia.