Viajar post pandemia: Más que un bien de consumo, un acto de empatía

17 Septiembre 2020

La necesidad de trasladarse e interactuar de forma segura nos da la posibilidad de gatillar nuestro sentido de identificación y compasión por el prójimo, elementos claves dentro del cuidado que debemos tener hacia nuestras comunidades y quienes nos rodean.

Raffaele di Biase >
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La actividad turística ve con esperanza una luz al fondo del túnel. Esa luz es una posible, cauta y escalonada, reapertura que podría no sólo entregar una posibilidad concreta de generar recursos económicos a miles de familias que han vivido una forzosa y dolorosa pausa en sus ingresos, sino además nos plantea el enorme desafío de construir una nueva economía turística.

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El viaje, después de esta pandemia, no podrá ser sólo un bien de consumo, sino una verdadera experiencia de empatía, hacia nuestro entorno y hacia quienes nos rodean. La necesidad de trasladarse e interactuar de forma segura nos da la posibilidad de gatillar nuestro sentido de identificación y compasión por el prójimo, elementos claves dentro del cuidado que debemos tener hacia nuestras comunidades y quienes nos rodean. El mismo proceso debe ser aplicado para la interrelación con nuestro entorno natural entendiendo que la visitación a zonas de alto valor biológico se debe transformar en una peregrinación y una acción de cambio, donde además de rendir tributo a la creación de la naturaleza, aportamos y co-construimos las condiciones para que ésta pueda regenerarse fomentando el regreso a un estado en el que pueda autogobernarse con sus propias leyes. Las leyes más antiguas que rigen la vida: las leyes naturales. 

Estos últimos meses de reflexión y de aislamiento social, han hecho posicionar propuestas de como encarar el futuro, no sólo en los viajes, sino en la cotidianeidad y en la discusión sobre el paradigma del crecimiento infinito. Términos como decrecimiento para ciudades y reasilvestramiento (del inglés rewilding) para ecosistemas han tomado fuerza como opciones para mirar con esperanza un necesario camino para la humanidad y nuestro planeta. ¿Cómo hará el turismo para transformarse en una herramienta que facilite y contribuya a estas tendencias y co-lidere estas necesarias transformaciones? Ese es uno de los desafíos que tendremos que encarar no sólo en nuestra en nuestra región, sino en todo el planeta. La tentación de volver a un crecimiento descontrolado y a toda costa en pos de la economía es grande, pero inviable si queremos preservar y traspasar a las próximas generaciones un legado social, económico y medioambientalmente todavía viable.