¿A punto de "tirar la esponja”? Conoce más sobre el síndrome del agotamiento femenino

04 Agosto 2015

Muchas veces las mujeres pasan de tener una vida tranquila y sin mayores responsabilidades, a ser profesionales exitosas, madres tiempo completo, parejas al 100%: verdaderas “súper mujeres” que, con el paso del tiempo van dando lugar al poco conocido “síndrome del agotamiento femenino”.

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¿El síndrome de qué? Se trata de una “condición” que afecta a una parte de la población femenina y que ha sido fuente de algunas publicaciones en portales dedicados a la sicología.

Muchas mujeres se hacen cargo de todo aquello que escogieron hacer, pero además, les toca (o también escogen) hacerse cargo de otras tareas o situaciones que han estado fuera de sus proyectos personales. Se trata de hacer bien infinitas tareas que van desde lavar los platos hasta elaborar monstruosos informes para la oficina, se trata de cuidar al hijo menor enfermo y llevar el auto al mecánico. Todo eso y mucho más que provoca, un día cualquiera, la sensación de decir “¡ya no puedo más!”.

Algunas características que pueden llevarte a padecer este síntoma son:

Cada movimiento incluye la previsión de otro: ayudar a hacer las tareas de los niños, mientras la lavadora va cumpliendo su programa y tú estás pensando en la reunión que tendrás que realizar mañana a las 9:00 AM.  

Jornadas que incluyen cuatro o cinco tareas ineludibles: aun en los fines de semana: no hay otra hora disponible en el pediatra, el informe se debe entregar en la mañana, debes preparar la cena de cumpleaños de tu padre… Solo por nombrar algunos ejemplos.

Creer y demostrar que puedes con todo… y más: delegar tareas no está en tu vocabulario, pues tienes la creencia de que nadie podrá hacerlo mejor o más rápido que tú. Entonces terminas bañando tú a tus hijos, cocinando el almuerzo para el día siguiente, escribiendo los mails para dejar todo listo en tu trabajo. Hacerse cargo de todo, que todo pase por sus manos es, además, y para mayor incidencia en la aceptación de su rol, un mandato social.

No hablarás de tu agotamiento. Sientes que el cansancio es algo íntimo, y que no puedes ni debes agobiar a nadie con tus preocupaciones, ¿cómo podrías quejarte de tus labores como madre?  Sería vergonzoso. 

Sea por elección o por pautas sociales, estas situaciones van reduciendo tu energía y los mecanismos necesarios para enfrentar otras situaciones.

Cuando una mujer se siente agotada disminuye sus recursos y los demás no perciben que lo que le pasa es que está exhausta: creen que tiene sueño, que es por el clima o hasta que está con la regla.

Ella, por su parte no termina de captar el nivel de agotamiento y cansancio que constituye la base de esta patología, tan importante, que no tratada puede conducir a la depresión.

La propuesta es prestar más atención a las propias necesidades, para dejar de correr como una bombera voluntaria ante las demandas de los demás. El objetivo que plantean las profesionales es comenzar un camino que acabe con el agotamiento para descubrir que se puede vivir sin intentar tapar todos los agujeros. Claro que habrá una renuncia, pero la sensación de agobio, de cansancio infinito, irá cediendo, hasta desaparecer.

¿Te sientes identificada? Pon atención entonces y recoge un último consejo: “Una cosa por vez”.

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