[Opinión] El bullying es una responsabilidad compartida

08 Mayo 2017

Es común escuchar por estos días a personas pidiendo que series sea censuradas, otros cuantos culpan a las redes sociales o hasta al modelo económico, pero la verdad es que la responsabilidad es nuestra, de todos.

Nicolás Ferreira >
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Hace un par de semanas participamos junto a nuestra familia en una improvisada movilización contra el Bullying. El contexto nos lo dio la muy característica caravana cultural, que ofrece hace ya siete años el Colegio San Antonio a la comunidad del Barrio Yungay en el marco del “Literarte”, festival que celebra año con año las más diversas formas de expresión escrita.  Este año se conmemoraba el natalicio de Violeta Parra, y como tal los creativos del Colegio decidieron tematizar el festival con escritoras chilenas. Estaba por supuesto Gabriela Mistral, Marcela Paz, Isabel Allende, las inseparables Jacqueline Balcells y Ana María Güiraldes, además de la propia Violeta con su poesía musicalizada.

Encarnadas en pancartas, caracterizaciones, carros alegóricos, retazos de papel, globos escritos a mano y cuanto regalito se le ocurrió a la comunidad escolar, desfilaron todas ellas y otras que no nombro (más por desmemoria, que por importancia) por los adoquinados pasajitos del Barrio. En medio de los colores, los guitarreos y tamborileos, desfilaban también un grupo de chicos vestidos en jeans y poleras blancas, con pancartas que llamaban a la reflexión acerca del abuso y hostigamiento escolar, al ritmo de un pegajoso grito de “No más Bullying” marcharon por cuadras con una actitud que no parecía tener nada que ver con lo literario.

La verdad es que aquel grupo de jóvenes junto a sus familiares y profesores, se sintieron conmovidos e inspirados por el Libro “Sin Recreo” de Daniela Márquez Colodro, el texto nos presenta a dos amigas que sufren del acoso constante de sus compañeros, una por “Gorda, la otra por “Fea”. Lo realmente devastador del libro es la soledad que sienten las protagonistas, el no sentirse comprendidas, el no tener alguien en quien confiar.

Por estos días de locura que se habla de Ballenas Azules y suicidios colectivos, se ha puesto también muy de moda una inteligente serie americana, 13 Reasons Why. Para todos aquellos que, por supuesto ya tienen una opinión muy formada sin haber visto un solo segundo de la serie, les cuento que totalmente al contrario de lo que ustedes creen, la producción no trata acerca del suicidio, no lo enaltece, ni lo hace romántico. Trata acerca del Bullying, y como la desesperación, los malos tratos y vejámenes pueden llevar a una chica cualquiera, con una vida normal, a hacer lo más estúpido que se puede hacer, matarse.

Como padre me es absolutamente terrorífica la sola idea de que uno de mis hijos sea presa del hostigamiento, pero como en todo baile de salón, en este empate entran dos: Uno debería estar igualmente aterrado de que un hijo sea el abusivo del curso. ¿Cómo saberlo? ¿Cómo puedo detectar que hay algo que afecta a mi hijo?

El factor común entre este tan necesario libro, esta tan reveladora serie y la tan terrible realidad que nos escupe la Ballena Azul, es que los padres estamos dejando de lado nuestras obligaciones. Hoy entendemos la paternidad como un acto de protección, de proveer lo necesario, de que no falte nada, pero hay un tremendo espacio no material, que está cada vez más empañado. Los hijos vienen al mundo para ser felices, nada más importa, pero esa felicidad solo puede ser obtenida en base al respeto, la responsabilidad, el trabajo, la honestidad y la justicia, es nuestro deber de padres entregarles estos valores, así como generar los espacios de confianza necesarios, en dónde nuestros hijos no sientan que se enfrentan a un buller más, en que no teman al rechazo, al castigo o a la burla.

Es común escuchar por estos días a personas pidiendo que la serie sea censurada, otros cuantos culpan a las redes sociales o hasta al modelo económico, pero la verdad es que la responsabilidad es nuestra, de todos. Hablo como padre porque creo que el cambio en nuestra sociedad está en lo que enseñamos hoy a nuestros pequeños, pero somos todos responsables de cuidarnos, de mejorar el trato, el lenguaje. De preocuparnos, de ver más allá e ir más allá. De darnos el regalo de tener un mejor pasar por el mundo.