Opinión: Desde el Mundo Regional al Chile Total

15 Diciembre 2013

La falta de anticipación social y medio ambiental, nos ha caracterizado desde siempre a nivel de país, afectando el formato administrativo de las regiones, permitiendo entre otras cosas que las regiones no se hayan revitalizado como deberían.

Andrés Gillmore >
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La anticipación ha sido desde siempre la base de la sobrevivencia en todo orden de cosas y bajo ese sustento se han dispuesto ciertos preponderantes que pueden marcar la diferencia en la sobrevivencia diaria y permitiendo mejorar las condiciones de vida con conocimiento y con sabiduría. Así como un navegante intuye el temporal por el posicionamiento de las nubes, los cambios de presión y se anticipa, entrando a una bahía de resguardo o simplemente no zarpando, lo que nos ha faltado en todo orden de cosas a nivel de país, es la anticipación de lo que esta por venir y de saber cómo enfrentarlo y esa falta de previsión al final nos ha estado pasando la cuenta, creando un inmovilismo que a la corta o a la larga tiene repercusiones que no son en nada positivos y tiene al país en estado de alerta y porque no decirlo un poco complicado y al borde de una crisis existencial, por una inmovilidad que entorpece el buen desarrollo. Por increíble que pueda parecer a pesar de que vivimos en democracia, los gobiernos se eligen con mayorías pero gobiernan con minorías.

Hoy la anticipación es el arte vital de la sobrevivencia de toda sociedad, para ello necesitamos un análisis real de las intenciones de las diferentes directrices y decisiones, entendiendo sus posibles consecuencias. Usar ese conocimiento de la realidad y lo que entrega su proyección es el bien del objetivo que se persigue, entregándonos una visión de los hechos y sus posibles repercusiones. Sin ese análisis es difícil salir adelante y crear parámetros realistas que nos posicionen como un país de proyección. Para enfrentar esa dicotomía entre lo que se quiere y lo que se puede, necesitamos analizar las diferentes temáticas en profundidad de acuerdo con las necesidades, la historia, su realidad económica-social y cultura de la población y generar en base a eso un diagnostico que permita un análisis comparativo real. Sin esto último es imposible anticipar y gestionar un proceso de crecimiento que nos permita un desarrollo adecuado y que además logre un fundamento y un estándar sustentable.

El interés en saber y proponer en la práctica la anticipación es fundamental, porque nos lleva a ponernos en perspectiva los diferentes objetivos que se persiguen, que son en resumidas cuentas el mejoramiento de la gestión y adecuarlos en parámetros reales y prácticos con la que nos hemos proyectado.

Con los acontecimientos de las últimas semanas a nivel político y la elección de una nueva presidenta,hemos demostrado desde el prisma regional, una falta total como sociedad de interpretar la realidad histórica de las regiones y diagnosticar con verdad las consecuencias de los cambios estructurales que necesitamos, haciéndonos dependientes del azar y de muchas variables que no se han sabido considerar como corresponde. La posibilidad cierta de cambiar la constitución ha estado bajo concepto totalmente desbalanceado y sin anticipación de lo que podría venir y de entenderse que para bien o para mal en su nueva concepción, esta deberá ser realista y no extremista y por sobre todas las cosas, más representativa y de todos y no solo de la nueva mayoría que como se puede suponer o sobre entender.

Actualmente desde regiones vemos como regularmente en la mayoría de los debates sobre todo en los presidenciales, se ha omitido estratégicamente bajo todo sentido el contenido de la verdadera significancia y la necesidad cierta de hacer un regionalismo efectivo, que sea aplicable, realista y representativo de todos y no solo de unos pocos. La capacidad de anticipación en temas relevantes a nivel regional hoy no existe y eso es dado por una tremenda falta de conocimiento y por que no decirlo, de una falta de interés por parte de los gobiernos, por entender esta realidad diversa de los innumerables planteamientos culturales ante los formatos de desarrollo que necesitamos para llevar adelante las regiones y no destruirlas en el intento.

Los procesos de desarrollo solo son entendibles y posibles con conocimiento y anticipación, sobre todo que estos se relaciones en forma global y sean aplicables ante su propia realidad, logrando así la proyección de la forma del hacer y enfrentar los procesos con una base de sustentación que tome en cuenta los procesos y sus diversidades.

La falta de ese conocimiento aplicable y de un diagnostico acertado a los hechos, ha puesto en un serio entre dicho los parámetros necesarios para lograr una verdadera anticipación en los procesos y las estrategias de desarrollo que se han estado aplicando en las últimas décadas, desahuciando anticipadamente en gran medida la alta política de gestión que Chile necesita. Es de suma importancia para evitar los costos sociales que proponen los conflictos entre la población y la falta de anticipación predominante por parte de los gobiernos y sus estrategias, es crear los procesos adecuados para saber interpretar los conflictos y las futuras consecuencias y saber especificarlos en forma clara ante los requerimientos. La falta de anticipación ha permitido perder un tiempo importante y por ende, hemos sufrido las implacables y nefastas consecuencias en puntos de trascendencia social de entender a cabalidad lo que necesitamos de verdad como país para desarrollarnos sustentablemente.   

La falta de anticipación social y medio ambiental, nos ha caracterizado desde siempre a nivel de país, afectando el formato administrativo de las regiones, permitiendo entre otras cosas que las regiones no se hayan revitalizado como deberían y mas que ser parte de Chile y de un proceso, se ha venido actuando por todos los gobiernos con total desconocimiento de lo que representan las regiones y su verdadera proyección. Solo existe preocupación cuando quieren quitar y usufructuar. Es lo que se denomina centralismo y eso debe de cambiar.

Cuando se desconoce la historia de lo que es vivir en regiones, no se tiene una idea cabal de la significancia, implicancias y la responsabilidad de habitar estos territorios. Menos del esfuerzo diario por salir adelante en el concepto global de lo que significa vivir desde el mundo regional en el Chile total.