Obispo de Aysén y su lucha por no permitir que la región sea sacrificable

06 Marzo 2013

La labor del Obispo de Aysén por la defensa de la región ha sido muy comprometida con el medio ambiente y sus recursos naturales. 

Andrés Gillmore >
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“Considerando la creciente necesidad energética y que toda energía surge de la naturaleza, unas no renovables, contaminantes y caras, donde paulatinamente van en proceso de extinción y otras por el contrario son renovables, no contaminantes y más baratas si se consideran las externalidades y la eficiencia. Es decisivo orientar las decisiones con un mejor trato hacia el planeta en “beneficio de la vida buena que exigimos vivir” (Luis Infanti Obispo de Aysén, extracto de la carta que entrego en la Moneda dirigida al Consejo de Ministros, pidiendo que no se intervengan los ríos de Aysén).

En Aysén el tema del agua que corre por sus ríos es un tema con un profundo sentido social,es parte de la cultura regional y su forma de vivir. En esos ríos mirados con desdén en Santiago se ha proyectado desde los inicios de la colonización la vida del territorio y son parte integral de la cultura de los ayseninos.

Desde que en Aysén se descubrió en el año 1993 que los derechos de agua de todos los ríos se habían traspasado a Endesa España en el último trimestre de la dictadura militar a espaldas de los ayseninos, la región se vio inmersa en una realidad de nefastas implicancias si se concretara el represamiento de sus ríos, nublando su destino y jaqueando su futuro, demostrándonos que Aysén esta al igual que otras regiones de Chile en la total indefensión ante la toma de decisiones del gobierno central en relación con los proyectos de desarrollo energético.

El obispo de Aysén Luis Infanti de la Mora desde que asumió como tal, ha tenido en su administración una impronta social importante y es común verlo recorriendo la ruta austral de norte a sur de la región tanto en invierno como en verano, preocupado de la gente y de sus condiciones de vida. El tema de los derechos de agua es un tema que atañe particularmente a las comunidades rurales que viven en las orillas de los ríos que podrían ser intervenidos (Baker y Pascua), desarrollando actividades económicas que les permiten sobrevivir y proyectarse, como lo son la ganadería y el turismo de intereses especiales, actividades sustentadas en su calidad escénica en el caso del turismo y en la limpieza ambiental y su denominación de origen en el caso de la ganadería. Con la intervención propuesta por las transnacionales eso presupondría un cambio total del formato del hacer regional y estas actividades verían destruidas sus proyecciones económicas y sociales ante el nuevo escenario.

La iglesia católica de Aysén siempre ha tenido una especial preocupación por las comunidades rurales y trabaja incesantemente por mejorar sus condiciones de vida, con una iglesia más participativa y consciente de su rol social, responsable ante la comunidad y consciente de la realidad regional con acción y opinión.

La pretendida intervención de los ríos de Aysén por parte HidroAysén y Energía Austral, son bajo el prisma aysenino una pretensión inadecuada, desprolija, desconsiderada, poco profesional y para quienes conocemos el trabajo del Obispo a través de los años, hubiésemos extrañado de sobre manera que se hubiese mantenido al margen del tema, porque el sabe perfectamente como conocedor de la realidad de Aysén, que los ríos son vida para las comunidades rurales.

Cuando el Obispo decidió redactar una carta fundamentando la defensa de los ríos y dirigirla al Consejo de Ministros planteando su contrariedad ante la posible intervención, lo único que pretendió fue actuar en conciencia con los parámetros con los cuales nos regimos en Aysén y por entender que si se intervienen los ríos que son vida, con represas de muros de contención y embalses, se estaría destruyendo el territorio y la proyección de vida de sus habitantes, generando pobreza en una región que lucha por erradicarla.

La semana pasada las comunidades y las organizaciones sociales de Aysén, en una actitud transversal, sin ningún carácter político u ideológico, firmaron una carta de apoyo total y irrestricto hacia el Obispo en su actuar, a fin de demostrarle a la opinión pública que no esta sólo en Aysén, que con su carta representa a la mayoría de los ayseninos y eso el consejo de ministros debe evaluarlo en su justa medida antes de tomar una decisión definitiva.

La comisión de medio ambiente de la cámara de diputados el año pasado realizó una exhaustiva investigación hacia el protocolo usado para aprobar el estudio. La investigación demostró fehacientemente todas las irregularidades y las innumerables omisiones que posteriormente permitieron su ilícita aprobación por el servicio de evaluación ambiental.

La perspectiva que tenemos en regiones ante estas situaciones y la forma en como se adoptan las estrategias de desarrollo por el gobierno central, son totalmente adversas a como se pueden analizar desde las regiones intervenidas. El ángulo con que miden y se desglosan sus consecuencias son ambiguas y no entregan bajo ningún aspecto las garantías de que se esta actuando con visión de país.

No es un secreto para nadie que las regiones se sienten totalmente desprotegidas por el centralismo y por la forma de gobernar de los últimos 20 años. En la actualidad esa forma no es fiable, incluso para aprobar proyectos energéticos de dudosa reputación se habla de “regiones sacrificables” y al parecer para el gobierno Aysén seria una de esas regiones consideradas sacrificables, lo que es inaceptable.