Los 4 Cabarets que más recuerdos guardan de los puertomontinos

20 Noviembre 2015

Cual Las Vegas (lo que pasa en Las Vegas, queda en Las Vegas), 4 recintos – dos desaparecidos – guardan muchos recuerdos de la bohemia en la capital provincial. Estas son sus historias y sus recuerdos.

Equipo El Repuertero >
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Los cabarets más recordados de Puerto Montt

A muchos puertomontinos les suena El Roca de Puerto Montt y, aunque rechazen el sentido de este sitio o derechamente se hagan los lesos, es innegable que sobre el legado de estos locales perduran huellas de una época.

Si las paredes de esto lugares hablaran, las historias que contarían la de los 4 recintos que pasamos a detallar a continuación tendrían más que alguna ‘papita’ sobre la vida de famosos puertomontinos. Ubicados en puntos céntricos, terminaron convirtiéndose en parte del paisaje.

Los cabarets de Puerto Montt, donde turistas, empresarios salmoneros y más de algún joven debutante pasaron sus noches entre piernas y piscolas. Algunos ya pasaron a mejor vida, otros siguen manteniendo una tradición que – independientemente si es o no es moralmente correcto– existe a lo largo y ancho del mundo.

Rock and Roll:

Mejor conocido como ‘El Roca’, es parte de la historia oculta – y simbólica – de Puerto Montt. Ubicado en el barrio Lintz y frente a la mítica Bombonera del barrio bohemio. Para quienes lo conocen y los que no, sus shows y las paredes cubiertas de bellas mujeres le crearon un simbolismo casi artístico. Sus visitantes, la farándula puertomontina, extranjeros y turistas además de grandes empresarios del salmón, quienes ‘se han repetido el plato’ en más de una ocasión. En el recinto eso sí, el frío no se pasa con una taza de sopa, sí con una piscola con harto hielo.

La Nuit:

En las cercanías del ‘Roca’, la Nuit cuenta con una historia que intenta ocultar entre un ambiente familiar que ahora caracteriza sus paredes. Sus historias muchas, las publicables, muy pocas. Entre ellas, las heladas noches del barrio Lintz se escuchaba el ritmo del bolero mientras convencían al turista con su mejor inglés “come in, come in, good time, come in” exclamaban las muchachas para atraer al anglosajón afortunado.

Black Jack:

Llegó con la postura de ser el mejor de todos los de la comuna. Una campaña de marketing y shows que incluían modelos traídas de Santiago – entre ellas la fallecida Kournikova y la licenciada Tetarelli – llamaban al puertomontino. Ubicado en pleno barrio Angelmó, incitaba a visitarlo entre sus puertas altas y oscurecidas para que sólo pudieras ver su ‘magia’ desde el interior. Sin embargo, el dinero invertido no se condijo con el recaudado, lo que provocó los primeros problemas entre los dueños y las trabajadoras del recinto. Cerraron sus puertas y se instalaron en un barrio más costero, Pelluco, sin embargo, no se lograron reponer económicamente y entre lágrimas cerraron sus puertas.

Copacabana:

La Caleta Pichi Pelluco tuvo mucha historia. Las más sombrías y lujuriosas se vivieron en la avenida Juan Soler Manfredini. Los hombres de mar llegaban al Copacabana (nombrado así por la canción de Barry Manilow) y eran acompañados por bellas sonrientes que más de alguna vez se volvieron el pañuelo de lágrimas de los porteños. Sin embargo, su destino se vio ensombrecido por el fuego. El 2013 un incendio quemó sus paredes. Esa jornada las últimas 7 trabajadoras que visitaron el lugar escaparon con escasa vestimenta. La hija de su dueña dijo que ese fue el último fuego en la historia del recinto, que fue cerrado tras lo sucedido.

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