La historia de un bebé de tan solo 9 meses y sus padres que luchan por un trasplante de hígado

07 Noviembre 2018

El lactante presenta una enfermedad poco común en Chile y su padre es el primer candidato para el procedimiento.

Equipo El Repuertero >
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Una lucha contra el tiempo es la que están viviendo Roxana Olavarría y Sebastián Núñez, padres de Máximo, un pequeño de 9 meses que necesita con urgencia un transplante de hígado.

Según informó El Llanquihue, el menor padece de artesia en las vías biliares, problema hepático crónico y progresivo, poco común en Chile, que se manifiesta tras el nacimiento de manera progresiva.

Así lo confirmó Roxana, quien detalló al medio que a los 14 días de vida, su hijo ingresó al Hospital de Puerto Montt. "Luego de estudios se dieron cuenta que Máximo tenía niveles hepáticos muy elevados. Fue ahí que nos enviaron al Hospital de Carabineros y después al Calvo Mackenna en Santiago, con una sospecha de diagnóstico, que luego de intervenciones se confirmó", indicó, agregando que en un momento la situación fue muy preocupante y que le costaba mucho respirar a causa de la enfermedad, la que le produjo además un tumor.

Con estos antecedentes, se le realizaron estudios debido a la asociación del tumor con un cáncer. "No se puede sacar una muestra de tejido, porque está alojado en un segmento muy profundo del hígado y se puede ramificar. Entonces, se activó la alerta del trasplante", explicó.

Ante la situación, el padre del lactante se encuentra a la espera del resultado del examen de compatibilidad que le permitiría donar su hígado. De no ser así, la segunda opción es su madre, y si ambos se descartan deberán buscar un familiar hasta el cuarto grado de consanguinidad o lograr un donante fallecido que sea compatible con su grupo sanguíneo (0 IV positvo)

De ser positivo el resultado de Sebastián, Máximo podría ser transplantado el 13 de noviembre. En este sentido, su vida familiar y económica ha cambiado, pues mensualmente invierten más de 200 mil en medicamentos, además de os gastos de alimentación, movilización y una deuda de más de 4 millones por las intervenciones que ha sufrido el pequeño.

"Dejé de trabajar desde el prenatal y Sebastián lleva 4 meses con licencia. Desde la Policia de Investigaciones (PDI) hemos recibido apoyo y esperamos que siga así porque hasta el momento, no nos han cuestionado las licencias", expresó Olavarría con respecto a su trabajo. Ambos pertenecen a la institución, pero se encuentran desde el 25 de septiembre en la capital.

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