La espera continúa: Proyecto de Sala Cuna Universal lleva más de 20 meses durmiendo en el Congreso

03 Julio 2020

Es necesario que se garantice el derecho a la educación de calidad desde el nacimiento, independiente de la edad y condición laboral de sus cuidadores.

Carolina Lépez >
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Fue presentada en mayo del 2018. Al Congreso entró 3 meses después. Desde esa fecha, han pasado más de 20 meses y aún no termina su primer trámite legislativo en el Senado. Hablamos de la Sala Cuna Universal, una de las principales propuestas de la Agenda Mujer presentada por el Presidente Sebastián Piñera.

El proyecto busca modificar el artículo 203 del Código del Trabajo, el que obliga a empresas con 20 o más trabajadoras a financiar o entregar el servicio de Sala Cuna, y reemplazarlo por un fondo solidario.

El texto lleva acumulado más de 80 indicaciones y varios sindicatos de mujeres, educadores de párvulos y profesionales de la primera infancia han levantado la voz para rechazarlo, porque consideran que “no garantiza el derecho a sala cuna universal y genera discriminaciones inaceptables”. Entre ellas mencionan, por ejemplo, las diferencias entre trabajadores del sector público y del sector privado “al imponer beneficios diferenciados acorde a la dependencia laboral legal”.

A continuación  las principales críticas que hay en relación al proyecto de ley de sala cuna universal:

·         Excluye un porcentaje de los niños más pobres, que son precisamente los que más necesitan el servicio.

·         Establece como condición de acceso a la sala cuna, “ser trabajador formal y cotizante en AFP por mínimo 6 meses y tener una jornada laboral de, al menos, 15 horas semanales”. Dejando fuera a temporeras, trabajadoras part time y trabajadoras informales.

·         Busca sustituir el cuidado parental, más que garantizar el acceso a oportunidades de aprendizaje de calidad.

·         El beneficio se interrumpe al momento en que el cuidador deja de trabajar, sin importar el momento de la trayectoria de aprendizaje en la que se encuentre el niño.

·         No asegura condiciones mínimas de calidad para esta atención educativa.

Es necesario que se garantice el derecho a la educación de calidad desde el nacimiento, la educación parvularia chilena necesita un financiamiento que asegure que cada niño y niña, independiente de su edad y la condición laboral de sus cuidadores, acceda a espacios pedagógicos para su desarrollo integral

En este punto de la discusión parlamentaria los senadores y la Cámara, tienen la oportunidad de hacer justicia educacional garantizando el derecho a la educación de los niños más pequeños.