Crianza y Pandemia a un año del coronavirus en Chile

04 Marzo 2021

Ha sido un año en que lo planificado y deseado, incluyendo la manera de criar y educar se ha visto afectada.

Viviana Viveros >
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El 3 de marzo del 2020 llegó el primer caso de coronavirus a la región del Maule. Por estas latitudes, el 10 de marzo algunos jardines infantiles dejaron de operar. En el ámbito laboral, algunas instituciones permitieron comenzar el teletrabajo a partir del 18 de marzo. Sin embargo, nunca se pensó que este encierro sería tan largo y cuáles serían las limitaciones necesarias para reducir o mantener en cierto modo el contagio. 

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La crianza a cargo de madres, padres y/o cuidadores fue 100% en casa. Algunos con el quehacer propio e intenso del hogar, otras con teletrabajo añadido. A veces se escucha decir qué bueno que estás en casa, y claro me imagino que un porcentaje lo agradece y, sin embargo, son múltiples los bemoles a la hora de analizar. ¿Existe un entorno de seguridad en ese hogar?, ¿a qué se le teme más?, ¿al contagio y sus posibles consecuencias? O ¿a la convivencia con la intensidad que genera el encierro?, ¿cuentan con la ayuda necesaria para teletrabajar? Cada familia, cada hogar es un universo, cada persona y sus habilidades otro.  

Ha sido un año en que lo planificado y deseado, incluyendo la manera de criar y educar se ha visto afectada. A nivel país se ha recopilado información de lo ocurrido en los hogares donde había niñas, niños y niñes. En esta oportunidad haré mención a alguna de esas encuesta y parte de sus resultados, tomando como referencia la “encuesta cuidemos a nuestros niños”. Ellos lograron recopilar 6.131 encuestas, de las cuales fueron analizadas 5.995, contestadas por personas de 12 regiones del país, y que tenían a cargo a menores entre 0 a 11 años. La mayor preocupación de esos cuidadores fue el bienestar psicoemocional de los niñxs, le sigue el tiempo de uso de pantallas, en tercer lugar que se contagie de COVID-19, en cuarto perder la paciencia y tratarlo mal. Respecto a que ha sido lo más difícil como cuidadora(o) en orden decreciente:  disponer de tiempo para sí misma o mismo, disponer de tiempo exclusivo para atender a los menores, apoyar en realización de tareas, trabajar. Por otra parte, en los niñxs se ha observado mayor reactividad emocional, mayor nivel de demanda hacia el adulto, aumento de apetito, dificultad para dormirse, miedo a quedarse solos en una habitación, aumentaron o comenzaron a sentir celos, cambios bruscos de humor, por mencionar algunos. 

Dependiendo del contexto de cada hogar es comprensible la variedad de reacciones, hay hogares en que el niñx es el único menor, donde sociabilizar con otro par ha sido inexistente, por mencionar una situación. En otros hogares la violencia en sus distintas formas se ha incrementado, no podemos olvidar que esta realidad existe y debe ser tema y nos obliga a estar atentos como sociedad. 

Ya estamos prontos a cumplir un año en este escenario, hoy en día con una nueva posibilidad, como es la vacuna para un porcentaje de la población, sin marginar que debemos seguir cuidándonos con las medidas ya muy conocidas: uso de mascarilla, lavado frecuente de manos, distanciamiento físico. Estamos ya en el mes de marzo, en que regresar a la escuela o jardín es una preocupación para muchos, también una instancia de debate, porque como vemos los escenarios en los cuales han tenido que convivir familias a lo largo del país es muy diverso, lo que explica a su vez las diferentes opiniones y prioridades: para un % es importantísimo que los niños retomen sus rutinas y puedan volver a vivenciar el relacionarse, para otros eso significa un riesgo que no desean por ahora. Llegar a consenso en esto no será fácil, pero sí podemos intentar empatizar con la realidad de quien nos plantea su opinión, escuchar sin juicios que generen que la distancia física que ha sido necesaria se torne en más distancia social que tanto nos ha segmentado como comunidad. 

Y para tí ¿cómo fue esta experiencia de crianza en pandemia?