Cómo estimular los “químicos de la felicidad” en tiempos de pandemia

24 Julio 2020

“La primera obligación de todo ser humano es ser feliz, en tanto que la segunda obligación, es hacer feliz a los demás” (Mario Moreno “Cantinflas”, gran actor y cómico mexicano).


Franco Lotito C. >
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Los neurotransmisores son moléculas endógenas, es decir, son moléculas producidas por nuestro propio organismo y que se caracterizan porque generan diversos efectos benéficos sobre nuestro cuerpo, haciendo nuestra vida más alegre, feliz y placentera.

Estos neurotransmisores representan verdaderos mensajeros químicos indispensables para nuestro cuerpo, por cuanto, son elementos que cumplen la función de transmitir información vital entre las neuronas, así como también, desde una neurona hasta diversas glándulas y células de nuestro organismo.

1. La Serotonina es un neurotransmisor que se asocia al placer, la autoestima y la confianza, y es producido por nuestro cerebro. Es una molécula encargada de regular el apetito, el sueño, los procesos de aprendizaje, la capacidad de memoria y el estado de ánimo. Participa en la regulación de la temperatura corporal, así como también en algunas funciones del sistema cardiovascular y del sistema endocrino.

La forma más simple de incrementar el nivel de serotonina, es mostrarse agradecido con las personas que nos han apoyado y ayudado, al mismo tiempo que practicar actos de bondad, solidaridad y generosidad con quienes nos rodean. También ayuda el acto de recordar momentos que apreciamos, valoramos y que nos han generado felicidad.

2. La Dopamina es un neurotransmisor que es liberado por el hipotálamo y es muy activo en nuestro cerebro, siendo el encargado de controlar el sueño, la motricidad, los mecanismos de recompensa y placer. La dopamina, asimismo, favorece la motilidad intestinal, estando en grado de reducir la actividad linfocítica y la insulina. Este neurotransmisor, es también el encargado de impulsar nuestra motivación interna, con la finalidad de cumplir con nuestras metas, deseos y necesidades.

La forma más simple de estimular su producción, es a través de la realización de actividad física de forma regular, del dormir bien y en forma suficiente, celebrando activa y entusiastamente todos nuestros logros, por pequeños que sean.

3. La Occitocina es un neurotransmisor llamado también la “hormona del anidamiento” y que se relaciona de manera muy estrecha con los vínculos de tipo relacional y afectivo, tales como la intimidad, la confianza, la fidelidad, la amistad. La manera más directa de incrementar la producción de occitocina, es cuando abrazamos a las personas con afecto, cuando besamos a nuestra pareja y mimamos a nuestros hijos, o bien, cuando acariciamos a una mascota. Cuando las mujeres están próximas a dar a luz, aumentan los niveles de occitocina y de prolactina, hormonas que les permiten a las mujeres generar la leche materna y establecer un vínculo afectivo con el recién nacido, deahí el concepto de “hormona del anidamiento”.

4. Las Endorfinas representan analgésicos de tipo natural como respuesta al estrés, dolor y al miedo. En este sentido, las endorfinas son sustancias naturales sintetizadas de “manera gratuita” por nuestro cerebro que, entre otros efectos extraordinarios, alivian el dolor como sólo pueden hacerlo ciertos opiáceos –como la morfina, la heroína, codeína– pero con una gran diferencia: no tienen los efectos extremadamente adictivos y dañinos que producen estas drogas en el sistema nervioso y en nuestra salud general.

La fórmula más fácil de generar altos niveles de endorfinas en nuestro organismo es a través de reír mucho, realizar actividad física (bailar, correr, cantar, jugar), comer chocolate oscuro que contenga un alto porcentaje de cacao, este último, un fruto llamado también “el alimento de los dioses”.

Si está interesado en estimular de manera natural los “químicos de la felicidad”, lo recomendable, es que cuanto antes comience a poner en práctica las técnicas y fórmulas señaladas más arriba, ya sea, realizando un acto de generosidad con sus vecinos, agradeciendo todos los días por lo que usted tiene o ha recibido –sea mucho o sea poco–, disfrutando de la naturaleza y de los gratos momentos que le entrega la vida, practicando algún hobby –cantar, bailar, correr, jugar, etc.–, abrazando a alguna persona de su entorno cercano (pareja, hijo, amigo, familiar, etc.), riendo y pasándolo bien con sus seres queridos, meditando cada mañana, haciendo ejercicio y actividad física, celebrando en forma entusiasta los logros diarios, por pequeños que éstos sean.