Agosto: un mes para dejar atrás

Estamos cerrando el mes de agosto: el mes de los gatos y el mes más temido por los adultos mayores por las enfermedades respiratorias propias del invierno. Pero este agosto del 2020 fue un mes diferente, un mes cargado de noticias con el tenor de la violencia de género.

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¿Es que esta pandemia y las medidas adoptadas para controlarla está afectando indiscriminadamente a las mujeres? Hemos visto cómo la violencia de género se ha apoderado de muchos hogares chilenos, durante el confinamiento. Si bien las cifras del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género muestran que en Chile hubo una disminución de las denuncias efectivas en relación al mismo período del 2019, las llamadas al fono ayuda aumentaron en más de un 70%.

El cierre de las guarderías infantiles y de los colegios ha traído como consecuencia que las mujeres, más que los hombres, tengan que cargar con el cuidado de los hijos y las labores domésticas aún cuando siguen realizando su trabajo en forma telemática y en el peor de los casos, hayan tenido que renunciar a él o hayan perdido su empleo, en desmedro de su ingreso monetario.

Pero hay más…Según datos del Colegio Médico de Chile, el 70% de los/las trabajadores(as) de la salud son mujeres, lo que las deja altamente expuestas a contraer la enfermedad del Covid 19 o a contagiar a sus familiares. Esto es algo que nosotras las trabajadoras de la salud lo sabemos bien y por eso nos cuidamos , extremando las medidas de resguardo y cumpliendo a cabalidad con los protocolos establecidos.

Lo sabía también la TENS –abreviatura de Técnico en Enfermería Nivel Superior- que cumplía funciones cuidando a personas contagiadas por el virus , en una Residencia Sanitaria de la ciudad de Punta Arenas, cuando durante la madrugada del domingo 30 de agosto del presente año, fue abordada por dos sujetos que procedieron a violarla, dentro de su lugar de trabajo.

Esta noticia me afectó profundamente y me hizo pensar en la vulnerabilidad de las trabajadoras de la salud y en especial de quienes cumplen funciones en lugares apartados como las estaciones médico rurales o como en este caso, en una Residencia Sanitaria, donde se encuentran absolutamente desprotegidas.

Las autoridades deben tomar medidas para mejorar la seguridad del personal femenino que entrega incondicionalmente sus servicios a la comunidad y que se expone cada día no solamente al virus sino que también a otro tipo de amenazas, como en este caso.

Como si no fuera suficiente, agosto nos golpeó con la terrible muerte de dos jóvenes mujeres: Ámbar Cornejo y Norma Vásquez, víctimas de la violencia de género y se despide con este hecho no menos impactante de esta agresión sexual a una trabajadora de la salud, durante el ejercicio de sus funciones. Mucha fuerza para enfrentar este trauma, compañera, que la justicia haga bien su trabajo y castigue con todo el peso de la ley a los responsables.

Bienvenido Septiembre.