Poner aros a las niñas al nacer: ¿Una forma de abuso infantil?

23 Diciembre 2020

No está claro cuál es la razón por la cual existe esta costumbre tan normalizada en nuestra cultura y la historia relata que eran las propias madres quienes perforaban los lóbulos de sus niñas recién nacidas como símbolo de fortaleza.

Sandra Ramírez >
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En mis años de ejercicio profesional, que no son pocos, innumerables veces los padres de las niñas recién nacidas me solicitan “catar” a sus hijas (colocar aros en el lóbulo de la oreja) y cada vez que lo hago me pregunto: ¿Es esto necesario? ¿Por qué lo sigo haciendo? ¿Me podré negar? tres preguntas que quedan siempre sin responder.

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Los motivos para poner aros a las niñas van desde “verse más bonitas”, “diferenciarse de los niños” hasta “sienten menos dolor porque son más pequeñas” (como si el dolor tuviera una escala de acuerdo a la edad), “el lóbulo es más delgado por lo que les duele menos”, o “ no se acordarán de este trauma”, “se ha hecho siempre”.

La costumbre de poner pendientes a las niñas en sus primeras horas de vida viene de la época romana. Actualmente es una costumbre de los países latinos y en el caso de Irlanda esta costumbre tiene sus raíces en la religión católica. No está claro cuál es la razón por la cual existe esta costumbre tan normalizada en nuestra cultura y la historia relata que eran las propias madres quienes perforaban los lóbulos de sus niñas recién nacidas como símbolo de fortaleza. Otras investigaciones mencionan que fue el hombre el que decidió marcar a la mujer desde su nacimiento para que sintiera dolor por el hecho de nacer mujer, así resistiría los dolores del parto (un mandato de género).

En los países que no conocen esta tradición latina, las niñas se perforan las orejas en la adolescencia o es posible queden con sus orejas indemnes para toda la vida. En las comunidades tribales, de Asia y África la perforación de orejas u otros lugares del cuerpo se asocia a rituales de iniciación de la vida adulta, tanto de niños como de niñas.

Actualmente en nuestra cultura, esta práctica ha ido perdiendo fuerza entre los padres, en términos de una crianza más respetuosa de las individualidades de las niñas y niños. Si pensamos en que no por ser una tradición de siglos es algo beneficioso para las niñas, en que el dolor lo sienten, aunque sean unos segundos, en que si preguntan si es niña o niño los padres pueden responder sin mayor problema, en que son las orejas del niño y no las propias y que si tuviera la capacidad de decidir si perforarse o no, seguro no lo aprobaría porque podrá hacerlo cuando sea mayor, en que es una práctica que no está exenta de riesgos como desgarro del lóbulo o infección de la zona perforada, estoy segura que esta “marca” por el hecho de ser mujer ya no sería tan aceptada socialmente y hasta podría considerarse violencia de género.

Cada vez más padres ven en la perforación de las orejas de sus hijas un procedimiento innecesario que genera dolor y sufrimiento las bebés. En Reino Unido han creado una campaña de firmas para ilegalizar esta práctica por considerarla una forma de abuso infantil ya que crea dolor y que no tiene otra finalidad más que satisfacer el deseo de los padres.

¿Es doloroso poner pendientes a las niñas?

Efectivamente, las niñas recién nacidas sienten dolor abruptamente y no saben qué pasa. No está recomendado el uso de anestésicos locales para esta práctica por lo que es imposible evitarles el sufrimiento. La respuesta al dolor de los recién nacidos es inmadura, esto significa que tarda a veces en llegar, es decir que siente dolor pero tardan más en manifestarlo.

En mi opinión, aparte del tema del sufrimiento que se le causa a la recién nacida al perforar sus lóbulos y dejar puesto para varios años más sus pendientes, esta acción pasa por un tema de respeto a sus cuerpos, ellas debieran decidir sobre su propio cuerpo cuando sean mayores y no cumplir las expectativas de los padres “se ve tan linda con sus aritos” ni los cánones de belleza o mandatos de la sociedad.