Enfermedad de Parkinson y deglución: datos para tener en cuenta

27 Noviembre 2020

Ingerir alimentos puede ser algo tan cotidiano para la mayoría de la población. Sin embargo, en el caso de las personas con Parkinson, es una tarea que se vuelve compleja.

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La Enfermedad de Parkinson no solo trae consigo la presencia de movimientos involuntarios, rigidez del cuerpo y dificultades en el habla, sino que también –quienes la padecen- presentan algunos problemas de deglución, es decir, en el proceso que nos permite tragar nuestra saliva, líquidos, alimentos y medicamentos; así como mantener nuestra vía aérea despejada.

Para conocer más información sobre esta problemática, conversamos con Sara González, fonoaudióloga de la agrupación Cuesta Arriba, quien nos cuenta detalles sobre este proceso y recomendaciones para las personas con Parkinson y sus cuidadores.

“La deglución, como todo proceso consta de etapas: preparatoria oral, oral, faríngea y esofágica. En la Enfermedad de Parkinson, se puede presentar un trastorno en esta capacidad en cualquiera de sus estadios evolutivos, pero empeora su gravedad en la medida que la enfermedad se encuentra en su etapa más avanzada y en los periodos “Off” de los pacientes”, señala Sara González.

A lo anterior, la especialista agrega que pueden presentarse limitaciones, desde el ingreso del alimento a la boca, la dificultad en la masticación, hipersialorrea, imposibilidad de formar bolo cohesivo, disminución en el desencadenamiento del reflejo deglutorio, presentar un cierre laríngeo lento e incompleto (lo que puede provocar ingreso de líquidos, alimento o reflujo a la vía aérea), peristalsis faríngea y esofágica reducida, además de reflujo gastroesofágico, entre otros.

Sin embargo, existen algunas recomendaciones que pueden seguir quienes padecen esta enfermedad y sus grupos de apoyo, considerando que no se habla de una mejora, ya que el Parkinson es una patología neurodegenerativa, es decir, aumenta con el paso del tiempo:

  • Es muy importante contar con una evaluación de la deglución, realizada por un profesional con experiencia, que pueda determinar cuál es el problema y buscar estrategias para compensar el daño.
  • En casos leves, vemos problemas para tragar alimentos sólidos, por lo que se pueden hacer modificaciones y sugerir modificación de la consistencia, prefiriendo inicialmente alimentos picados y blandos, aunque si persisten los problemas, como presencia de tos, o gran lentitud durante la ingesta, se sugieren derechamente alimentos semisólidos, comúnmente denominados, papillas. Entran en esta categoría flanes, chuños, compotas, sémola, entre otros.
  • En casos moderados, donde hay problemas con sólidos y líquidos, estos últimos deben ser modificados en su viscosidad. Existen espesantes para líquidos que ayudan a lograr este objetivo. Si no es posible adquirirlos se buscan opciones más caseras.
  • En casos severos, donde el proceso deglutorio está enlentecido en su totalidad, aumenta el riesgo de desnutrición, deshidratación y de infecciones respiratorias, por lo que es importante que el paciente se encuentre en constante comunicación con el médico tratante para ir evaluando la progresión de la enfermedad y analizar con la familia y el propio paciente, las decisiones que se irán tomando con respecto a la vía de alimentación.
  • En el caso de los cuidadores, en la medida que puedan manejar información relevante y sigan las indicaciones entregadas por los equipos de rehabilitación, el paciente puede mantener su calidad de vida un gran periodo de tiempo. Se evitan complicaciones respiratorias y se pueden evitar situaciones tan desagradables como llegar a la urgencia por deshidratación.

Quienes tengan dudas o requieran más información, pueden tomar contacto con Sara González al correo [email protected].