Política: el valor de la palabra

25 Noviembre 2019
José Sanfuentes >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Inspirador

El 24 de noviembre, los partidos de la oposición firmaron una declaración que, en lo esencial, les compromete a “un plebiscito vinculante para el establecimiento de la nueva carta magna que rija los destinos del país”, “una asamblea constituyente elegida democráticamente, convocada única y exclusivamente para redactar un nuevo texto constitucional”, “que deberá ser sometido a referéndum”. Esta declaración está firmada solemnemente por los siguientes partidos: PC, PS, PPD DC, Igualdad, PRO, PH, PRVS, Comunes, PL, C Social, RD, PE. No participaron ni fueron consultadas para este acuerdo las organizaciones sociales.

Los partidos de gobierno reaccionaron acercando posiciones y se logró un acuerdo: habrá plebiscito vinculante, asamblea constituyente (convención 100% elegida o mixta, lo definirá el plebiscito) y referéndum final. Se agregó que los quorum requeridos para aprobar los contenidos de la constitución deberán ser de 2/3 de los integrantes y se parte desde una “página en blanco”. Se estableció una comisión técnica para dirimir los asuntos procedimentales que faltan por precisar.

JA Kast respondió: “Mientras la derecha y la izquierda se han coludido en un acuerdo político que no sirve de nada, Chile rechaza la asamblea constituyente, es el momento de los republicanos”.

Unidad para el cambio rechazó el acuerdo. FRVS: “El quorum de 2/3 le da un poder de veto a una minoría (del 34%) para todos los acuerdos para la constitución y la derecha nunca ha dado los necesarios quorum para hacer cambios, es la trampa que lleva envuelta”. ProPaís: “La propuesta implica quorum de 2/3, de lo contrario se mantendría la actual carta magna”. PCChile: “El quorum de 2/3 para aprobar las normas es muy alto, en consecuencia, debe establecerse 3/5 con hoja en blanco”. El Partido Humanista se marginó del acuerdo señalando que “Incluye mecanismos que rechazamos enfáticamente: un quorum elevado que perpetúa el veto de las minorías”. Plantearon, además, varias propuestas procedimentales a debatirse en la comisión técnica, de la cual quedaron fuera, al marginarse de firmar el acuerdo.

Todos quienes se marginaron del acuerdo enfatizan que el acuerdo no consulta el interés del pueblo y que las organizaciones sociales (la mayoría de las cuales son dirigidas por sus militantes) no fueron consultadas.

La comisión técnica que se ha constituido (14 miembros) tiene ardua tarea. Sería deseable que escuchara las propuestas y dudas que han emergido de sectores políticos y sociales, sin exclusión, para perfeccionar los asuntos procedimentales pendientes. Su responsabilidad es, sobre todo, dotar de la máxima legitimidad posible al proceso constituyente.

No parece haber gran diferencia entre un quorum de 66,6% versus un quorum de 60% de constituyentes para aprobar las normas constitucionales. Por demás, el proceso constituyente en Sudáfrica, inspirado por Mandela tuvo quorum de 2/3. Con todo, no deja de ser llamativo que la izquierda, que en ninguna de las elecciones en estos 30 años ha alcanzado el 40% de la votación, esté disponible para que la mayoría, que históricamente la ha conformado el duopolio gobernante estos 30 años, se pueda imponer sin más en materia de acuerdos constitucionales. Duopolio que, por ejemplo, ha sostenido la existencia de las AFP y no ha dado señal alguna para ponerle fin.

Llevar a buen puerto este histórico proceso constitucional requiere el compromiso todo el mundo político y social y, ante todo, que la palabra empeñada sea respetada, tanto en el acuerdo de toda la oposición como en el acuerdo nacional por una nueva Constitución.