[Opinión] Renovación en Aysén: De la traición de Fuentes a la insolencia de Escalona y Díaz

24 Febrero 2017

Las regiones siempre han sido utilizadas bajo este contexto por personajes extraviados de sus orígenes, como una alternativa plausible para continuar usufructuando de la política. 

Andrés Gillmore... >
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Los partidos políticos tradicionales están en franca decadencia, en algunos años serán un recuerdo de lo que fueron. Los nuevos movimientos políticos que se están gestando los reemplazaran con un nuevo concepto del hacer, donde izquierda, centro y derecha serán parte del pasado y solo tendrá cabida el sentido común, la armonía, el balance y la sustentabilidad entre el mundo social y empresarial con el medio ambiente en general.

La transición que vivimos en estos temas en la actualidad, ha jaqueado los intereses creados de los miembros de las organizaciones políticas tradicionales en el Congreso, haciendo que la decadencia sea más estrepitosa aún, al verse enfrentados en línea y por los medios de comunicación el surgimiento de nuevas ideas, procesos y concepciones. Nada puede ser más destructivo para el desarrollo de un país y su proyección de futuro, que el estancamiento de las ideas y de los procedimientos, por seudos operadores que no entienden que ha llegado el momento de dar el paso al costado y dejar que las nuevas visiones emanen y fluyan hacia el cambio de paradigma.

Resulta patético ver a los viejos estandartes de los partidos políticos, dictar cátedras públicas de cómo mejorar la falta de legitimidad, sin entender que ellos mismos son el problema y el causante, con discursos del pasado en el mundo del futuro. Muchos de estos políticos de esa decadente forma del siglo pasado, piensan que basta con renunciar a sus partidos, haciéndose independientes o buscar otras regiones, como la solución a los problemas de credibilidad. Otros aspiran a independizarse de las coaliciones. Sabemos que no es así y que no basta, haciéndose más necesario que nunca propiciar desde las regiones una transformación profunda, para que las viejas prácticas del pasado no tengan más cabida en nuestro entorno. Si tuviera que resumir lo que necesitamos como país en términos políticos, lo definiría en una sola frase: “necesitamos políticos y gobiernos patriotas, que se deban al país y no a los intereses del gran empresariado”. Con ese simple axioma puesto en práctica, tendríamos esperanzas desde el mundo ciudadano de un mañana.

Por increíble que pueda parecer, a pesar de nuestra carestía y subdesarrollo, tenemos los congresistas mejor pagados de la OCDE, con dietas más sustanciosas que países como Inglaterra, Francia, Italia y Alemania; justificando esa hilarante descompensación de la realidad, que para ejercer con autonomía y transparencia la toma de decisiones al formular y aprobar leyes, la fastuosidad de las dietas son una forma de protección ante las presiones indebidas de las grande empresas. A pesar del magnífico discurso, en la práctica ha sido todo lo contrario y el lobby empresarial ha dejado de lado totalmente los intereses ciudadanos.

En la gran metrópoli es más fácil entender los nuevos procesos políticos, los cambios se entienden más fácilmente al estar bajo contextos con una amplitud escénica que no encontramos en regiones y el abanico de la oferta es menos sustancioso y los cambios tienden a descontinuarse y las ideas del pasado efímeramente duran un poco más en el mundo del futuro de las regiones. Muchos caudillos políticos con poca vida, disponen del escenario regional para buscar vida, emprendiendo la fuga amparados en una ley que no exige a los senadores, los cinco años de residencia para candidatearse como les ocurre a los diputados, utilizando las huestes regionales que viven en el pasado para lograr sus objetivos.

Las regiones siempre han sido utilizadas bajo este contexto por personajes extraviados de sus orígenes, como una alternativa plausible para continuar usufructuando de la política. En Aysén específicamente el Demócrata Cristiano Adolfo Zaldívar, logró hacerse de la senaduría en 1993, aduciendo que todo sería más fácil para la región si era elegido senador. Con esa frase sustentó su campaña y logró su objetivo. Anteriormente Hugo Ortiz de Philippe de (RN) y Hernán Vodanovic del (PPD) ambos en el periodo 1989-94 lo lograron. Posteriormente en el 2010 Patricio Walker (DC) fue elegido; pero ninguno de estos políticos de alcurnia dejaron un legado digno de rescatar. La teoría que la política es siempre lo mismo sin importar en donde se este, es una falacia que acomoda a políticos sin proyección. Está demostrado que la residencia efectiva, el cariño por el territorio, el conocimiento de la cultura-histórica y la convivencia con las comunidades, es fundamental para ser un digno representante de una región y marcar la diferencia positivamente. Bien sabemos que la política no puede ser digna, ética, consciente, propia, representativa y con proyección histórica, sino es potenciada por la pertenencia en lo que se defiende. Sin esa sustancia el individuo no es más que un funcionario sin sustancia dispuesto a negociarlo todo.

Iván Fuentes el ex vocero del Movimiento Social TU PROBLEMA ES MI PROBLEMA y actual diputado por Aysén por cupo DC, dijo que luchaba por las reivindicaciones sociales e históricas de un Aysén desgastado por la falta de perspectiva social. Que sin decir agua va, traiciono las convicciones que decía tener y se transformó en aliado de los intereses de corporativos de los industriales pesqueros (FIPES) y en vocero de una ley de pesca que contravino todo lo que decía representar como vocero de Aysén y se transformó en un paria para su gente y en diputado de la república por añadidura.

En la actualidad encontramos en Aysén a pesar que se lucha enconadamente por un regionalismo efectivo y por erradicar el centralismo nacional, con la desfachatez y la insolencia de Camilo Escalona (PS) y Marcelo Díaz (PS) por ser senadores por Aysén. El primero desechado en la región de Los Lagos por una pésima evaluación y posteriormente al no ser reelegido, la misma Michelle Bachelet no quiso tenerlo cerca en la Moneda y lo desterró de sus dominios. Marcelo Díaz, ex vocero de la NM, candidateandose en Aysén simplemente porque en su región de origen (Coquimbo) no tiene este 2017 elección de senadores y para no perder pretende acortar los caminos en Aysén.

Ambos personajes sin haber vivido un solo día en Aysén, pretenden representar la región, en un mundo aysenino que busca desesperadamente la renovación de su representación parlamentaria, para cortar definitivamente con el centralismo imperante y con los intereses creados que desde siempre han coartado su proyección de futuro.