<p>El conflicto que observamos en estos días, no es nuevo. Es una crisis que contiene las aspiraciones legítimas de ese conjunto de hombres y mujeres que vistan o no el verde boldo, dedican sus mejores esfuerzos en pos de contribuir a mejorar la seguridad pública en nuestro País.&nbsp;</p>
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12 de Noviembre, 2018 23:11

Por Mario Andrés Madrid Mcinnes
Docente Carrera de Derecho
UST Puerto Montt

Reza una de las estrofas del himno de Gendarmería de Chile: “…la dura tarea de ser los guardianes de todo dolor, del dolor humano que, aunque no se vea tiene su escenario en algún corazón…” Importante servicio público, cuya misión fundamental es custodiar y reinsertar a mujeres y hombres que se encuentran privados de libertad, en una relación de sujeción especial con la administración penitenciaria. 

El conflicto que observamos en estos días, no es nuevo. Es una crisis que contiene las aspiraciones legítimas de ese conjunto de hombres y mujeres que vistan o no el verde boldo, dedican sus mejores esfuerzos en pos de contribuir a mejorar la seguridad pública en nuestro País.

No se puede discutir que el ejercicio de la función que el legislador les dirigió, precisan de manera urgente un tratamiento especial, distinto del resto de la administración del Estado en aquellas especificas funciones, propias de vigilar y reinsertar a quienes han quebrantado el ordenamiento penal.

Por vía ejemplar podríamos señalar: Regulación especial de las jornadas en las que desempeñan exclusivamente la función penitenciaria, de acuerdo al servicio que corresponda, ya que no es comparable la función que cumple un gendarme vigilando, apostado en la garita por muy largas horas a las que ejerce un funcionario encargado de cuestiones administrativas propias de cualquier servicio; una carrera funcionaria que se adecue a la especialísima función pública que desempeñan, una formación más extensa e intensa, perfeccionamiento constante en ámbitos propios de la reinserción, así como en materias de orden administrativo, financiero, legal, entre otras.

Así las cosas, sólo resta señalar que en este complejo trance que finalmente llegó a un avance, no se debe perder de vista, la necesidad de un servicio penitenciario moderno, con funcionarios y funcionarias que cuenten con los conocimientos y habilidades necesarias para prestar un servicio de calidad a las personas que han vulnerado el contrato social de manera severa, que brinde oportunidades de desarrollo a sus funcionarios en espacios de trabajo humanizantes, con estímulos adecuados a la función que desarrollen, que posibiliten dar cumplimiento a la urgente y necesaria reinserción de esas mujeres y hombres que se encuentran bajo la custodia del Estado.

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