Columna de opinión: Nuevo Servicio Nacional de Drogas y Alcohol

Como es sabido el Presidente Piñera promulgó la Ley que crea el Nuevo Ministerio del Interior y Seguridad Pública, el que contempla la generación del nuevo Servicio Nacional de Prevención y Rehabilitación de Drogas y Alcohol, que reemplazará al CONACE. A partir de esta promulgación surgen preguntas: qué implicancias tiene esta nueva institucionalidad para nuestro país y qué beneficios traerá a la ciudadanía.

Junto con ser un paso trascendental para la política pública en esta materia, este nuevo Servicio estará descentralizado, dotado de personalidad jurídica y patrimonio propio, lo que implica más y mejores herramientas para realizar nuestro trabajo en beneficio de la comunidad y de quienes más lo necesitan. Como organismo público, tenemos la responsabilidad de planificar, ejecutar y medir los resultados de las acciones que se implementen en materia de prevención y tratamiento del consumo de riesgo de alcohol y uso problemático de estupefacientes, además de la elaboración de la Estrategia Nacional de Drogas y Alcohol.

El nuevo Servicio estará a cargo de la socióloga Francisca Florenzano y uno de los aspectos más importantes es que además de seguir asumiendo la prevención de sustancias ilícitas, acoge el mandato de prevenir y tratar el consumo de alcohol asociado a otras drogas, cuyas consecuencias sociales y sanitarias son de gran relevancia y constituyen un problema de salud pública.

Dentro de los desafíos propuestos por esta nueva institucionalidad, destacan la implementación del programa Vida Sana, a través de un modelo que agrupará a todos los programas y actores sociales responsables de prevenir situaciones de riesgo en establecimientos educacionales y con la población escolar más vulnerable, los que conformarán un comité. Este Sistema ya se está aplicando en 6 colegios de la región de Los Lagos.

En materia de tratamiento de drogas ilícitas, para este año existe una inversión total en la región de $671.256.240, lo que equivale a 2.408 cupos en distintos planes de rehabilitación, aumentando un 34% en relación al año anterior. Se espera triplicar esta cifra hacia el año 2014, de acuerdo al compromiso presidencial en este ámbito. Otro gran desafío será la implementación de un área de integración social, con acciones y programas dirigidos a quienes han culminado con éxito sus procesos de tratamiento, como así también a personas con consumo problemático de drogas en situación de vulnerabilidad social.