El Mundo después del virus: la gran oportunidad de comenzar de cero

17 Junio 2020

Es clave que una agenda de reactivación promueva objetivos como la sostenibilidad. Aquí, los programas de gasto a gran escala que muchos gobiernos están implementando representan una gran oportunidad para el progreso.

Cristian Andler >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Tiempos difíciles y muchas razones para preocuparse. Sin duda se acerca una fuerte recesión económica, y probablemente enfrentemos la peor depresión desde la década de 1930. Pero, aunque este resultado es probable, como se dice en el mundo del emprendimiento, en toda crisis hay una oportunidad y teniendo en cuenta la magnitud del problemita esta debería ser una gran oportunidad.

Esta es la oportunidad de cambiar las cosas y la manera en la que venimos trabajando, de actuar de manera conjunta y rápida para renovar todos los aspectos de nuestras sociedades y economías. En resumen, necesitamos un "reseteo o reinicio" del capitalismo como lo conocemos, y buscar una versión más actualizada o mejor dicho más evolucionada y centrada en el bien común.

Hay muchas razones para buscar volver a empezar, pero ahora la más urgente es el virus. Después de haber provocado muchas muertes, la pandemia representa una de las peores crisis de salud pública en la historia reciente. Y, con las bajas aún en aumento en muchas partes del mundo, está lejos de terminar.  Esto tendrá serias consecuencias a largo plazo para el crecimiento económico y el bienestar humano.  

Según el Financial Times, la deuda  mundial ya ha alcanzado su nivel más alto en tiempos de paz, esto es como pedir un crédito y esperar que lo paguen nuestros hijos, el desempleo se está disparando en muchos países y El Fondo Monetario Internacional espera que la economía mundial se reduzca en un 3% este año. Todo esto aumentara las crisis sociales que ya estaban en marcha. Sino nos ponemos las pilas, lo más probable es que esto nos deje un mundo menos sostenible, menos igual y más frágil.

Debemos construir bases completamente nuevas para nuestros sistemas económicos y sociales. ¡Y esto no es un sueño imposible! De hecho, el lado positivo de la pandemia es que ha demostrado cuán rápido podemos hacer cambios radicales en nuestros estilos de vida. Casi al instante, la crisis obligó a las personas y empresas  a abandonar prácticas que durante mucho tiempo se consideraron esenciales, desde viajes aéreos frecuentes hasta trabajar en una oficina. Y muchas compañías han dado un paso al frente para apoyar a sus trabajadores, clientes y comunidades locales, (sabemos que algunas no y es clave no seguir eligiéndolas a la hora de comprar). Pero bueno, claramente existe la voluntad de construir una sociedad mejor y eso requerirá más que de gobiernos fuertes, de personas que actúen y sean activistas por un cambio de modelo más circular.

Hablando de oportunidades, después de la crisis viene la reactivación y es aquí donde tenemos que realmente partir de cero.

Es clave que una agenda de reactivación  promueva objetivos como la sostenibilidad. Aquí, los programas de gasto a gran escala que muchos gobiernos están implementando representan una gran oportunidad para el progreso. Por ejemplo  la Comisión Europea, ha presentado planes para un fondo de recuperación de € 750 mil millones. Estados Unidos, China y Japón también tienen ambiciosos planes de estímulo económico.  En lugar de utilizar estos fondos, así como las inversiones de entidades privadas y fondos de pensiones, para llenar las grietas del  antiguo sistema, deberíamos usarlos para crear uno nuevo que sea más resistente, equitativo y sostenible a largo plazo. Esto significa, por ejemplo, construir una infraestructura urbana "verde" y de una vez por todas hacer la transición a las energías renovables no convencionales, (es impresentable que en Chile aun existan termoeléctricas y zonas de sacrificio, teniendo el paraíso para la generación fotovoltaica, Atacama). Y por supuesto, crear incentivos para que las industrias mejoren su historial en métricas ambientales, sociales y de gobernanza. 

La crisis de COVID-19 está afectando todas las facetas de la vida de las personas en todos los rincones del mundo. Pero la tragedia no tiene por qué ser su único legado. Por el contrario, la pandemia representa una ventana de oportunidad rara pero estrecha para reflexionar, reinventar y restablecer nuestro mundo para crear un futuro más saludable, más equitativo y más próspero.

Si no es ahora, no va a ser nunca.