Colaboración y conservación: Las claves de una nueva era

Vivimos nuevos tiempos. En un periodo en que los cambios sociales se han dejado sentir con especial intensidad, hoy más que nunca debemos replantearnos la forma en cómo trabajamos y colaboramos en pro de la conservación y el cuidado de nuestro medioambiente. Por eso como Fundación Legado Chile creemos que el modelo de trabajo colaborativo entre organizaciones sin fines de lucro, municipalidades e instituciones públicas, empresas, la academia, y todas las personas que interactúan en los distintos ecosistemas, es la única manera con la cual lograremos generar cambios permanentes de conducta, que nos permitan vivir en equilibrio con nosotros mismos y con nuestro entorno, y construir un Chile mejor para todos.

La pandemia nos ha demostrado que todo lo que hacemos tiene repercusiones en el otro: importa lo que hago conmigo mismo, lo que hago con mi familia, con mis vecinos, y con los vecinos de mis vecinos; y bajo ese esquema no queda otra opción factible más que la colaboración. Desde esa perspectiva, en Fundación Legado Chile proponemos establecer diálogos de confianza, abrirnos a escuchar y a aprender del otro, ya que del trabajo colaborativo obtendremos sin duda muchos más beneficios que del trabajo competitivo y desarticulado bajo el cual hemos venido funcionando como sociedad.

Hoy la invitación es a sumarse desde lo que cada uno es y puede ofrecer; desde el conocimiento, desde la acción, desde lo económico o incluso desde el mismo desconocimiento y entusiasmo de querer aprender. Hoy están pasando muchas cosas, y somos muchos quienes estamos atravesando por un momento complejo en términos de sostenibilidad; por lo que el desafío está en que sepamos redirigir esa energía para conservar aquello que creemos importante, y ser capaces de transformarnos en seres humanos compatibles con nuestro entorno.

Como Fundación Legado Chile hemos implementado distintas estrategias de conservación en el territorio pero sin duda el trabajo colaborativo es lo que ha determinado su éxito. Desde la restauración de ecosistemas y conservación de especies, la educación ambiental, infraestructura verde y planificación urbana, hasta la eficiencia energética y la gestión de residuos. En todos ellos la participación comunitaria y la apropiación social como ejes transversales han sido la clave. Y es que entendemos que la conservación será efectiva y sostenible en el tiempo sólo en la medida que involucre cambios permanentes de conducta en las personas, y dada la magnitud del desafío que significa hoy la conservación de nuestros ecosistemas, somos conscientes de que no basta con que sólo algunas personas comprendan y sean parte del cambio, sino que se necesita que cada una de las personas que habita en este planeta se reconozca como un elemento fundamental para su conservación y así mismo para el desarrollo sostenible de nuestra sociedad.