¿Qué es innovar en educación?

02 Noviembre 2020

Innovación en educación es hacer. Es volver a las ideas profundas y llevarlas a cabo de manera sistemática.

Rolf Hitschfeld >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Ocurre muchas veces que las palabras viajan más rápido que su significado. Cuando se produce esto, se vacían y devienen en meras muletillas. Eso pasa, como con muchas otras, con la palabra innovación. Uno de los efectos de esto, es la concepción de que la tecnología es el único motor de innovación. Por lo tanto si se quiere innovar en educación, hay que meter más ipads, más plataformas, más gamificación y más inteligencia artificial. Sin embargo esto no necesariamente tiene que ser así.

Ya la sola definición de tecnología es curiosa. Tecnología es simplemente lo que no existía cuando yo nací. Para muchos de los que lean esta columna, internet es una tecnología, no así la transmisión analógica VHF ni el motor de cuatro tiempos. Simplemente porque cuando nacieron ya había televisores o autos. ¿El bolígrafo BIC o los lápices de colores pudieron considerarse tecnología alguna vez comparado con el uso de tinta y pluma?

Esa pregunta la verdad es que importa poco. La tecnología es efímera, tanto por su misma definición como por el empuje de nuevas tecnologías. Por lo mismo en educación, tal vez a diferencia de otras áreas, el foco no debe estar en la tecnología que los niños están usando, sino en lo que los niños están haciendo. Ya sea con tecnología o sin. Si un niño se está expresando creativamente o está pensando críticamente con una docena de lápices de madera o programando algo, lo importante es su expresión y su pensamiento. Lo otro tiene que ver con gustos, recursos, afinidades, pero no es lo central.

Simplemente montar una capa de tecnología sobre un curriculum y una pedagogía antiguos, no va a generar nada bueno ni va a ser una innovación en ninguna de sus dimensiones.

Innovación en educación es hacer. Es volver a las ideas profundas y llevarlas a cabo de manera sistemática. Resulta interesante ver que lo que hoy se considera innovación, como los proyectos, el rol protagónico del estudiante, la educación para la democracia o aprender haciendo, son ideas que tienen al menos 100 años.

En educación no faltan ideas, faltan implementaciones consistentes y profundas que consideren todas las dimensiones de la escuela y no sólo las que son más fáciles de poner en un video o plataforma. Las dimensiones más fáciles de impartir con tecnología, son a la vez las más fáciles de automatizar y, por lo tanto, las menos relevantes para los niños en el futuro.

En este sentido, la tecnología es instrumental, y se deberá usar en la medida que permita trabajar bien lo que se quiere hacer. Sin embargo de ninguna manera deben estar al centro de la discusión de la innovación en educación. No se trata de ser medieval, se trata de poner las cosas en su orden correcto.