Católica se metió en cuartos de la Libertadores, a lo grande

Pizzi nos está acostumbrando a jugar estos encuentros con una madurez que escasamente tienen los equipos chilenos. La vehemencia de Bielsa, a ratos, es un recuerdo escondido en el imaginario de cualquier hincha nacional, pero bien sabemos que lo que manda son los resultados. El ajedrecista, lo está logrando en los dos campeonatos, haciendo la inédita gesta de ocupar a un plantel de 30 muchachos.

El estadio San Carlos de Apoquindo estaba repleto, corría esa extraña sensación de miedo e ilusión sobre cómo podía reaccionar la UC frente a una instancia de este tipo, y más aún con Gremio de Brasil.

El primer tiempo, se vio a la escuadra de Puerto Alegre pasiva, muy bien manejado por un nutrido medio campo con los incansables Costa, Silva y Ormeño. Las llegadas fueron contadas con una mano para ambos equipos. Sólo unas arremetidas de “corazón valiente Eluchans” y “el regalón Pratto”, dejando la cosa cero por cero en el marcador.

La segunda fracción mantuvo el mismo ritmo. Después de los 15 minutos, los cariocas, recordaron que debían hacer al menos dos dianas, dando más espacios a los de la franja.

Salió “el maguito del barrio de la Boca”, Lucas Pratto y "Tomi” Costa dejando a Gutiérrez y  Mirosevic en la cancha, quienes dieron, al menos, otro condimento al cotejo.

La jugada del partido fue la salvada extraordinaria que Rodrigo Valenzuela realizó de un casi gol.

En los minutos finales, con una preciosa jugada del Mirosevic, con “el Gato” Silva, que termina con un potente testazo del capitán, hace que Católica se lleve los 3 puntos en su casa y que la hinchada levantara sus manos, rindiendo homenaje a los once de Pizzi.

Ahora veremos el partido contra Peñarol, liderados por el conocido y espigado Olivera. Sin lugar a dudas, un tremendo rival de aquellos que se señalan como equipos coperos. Es decir, con mañas, manejadores de partidos, muy buen juego aéreo y velocidad en contragolpe, entre otras virtudes de la escuadra charrúa.