Recuperar la biodiversidad, una necesidad urgente para salvar nuestro futuro

25 Septiembre 2020

La deforestación y la conversión de la tierra para la producción agrícola de gran escala y ganadera con practicas insostenibles, han destruido los ecosistemas y han aumentado las interacciones entre la vida silvestre y los humanos.

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Organizaciones de la sociedad civil que representan a cientos de millones de personas a nivel global, entre ellas Corporación Actuemos en representación de Chile y Latinoamérica, han firmado un llamado a la acción a los gobiernos y tomadores de decisión en miras a la 75 Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA-75) para detener y revertir la pérdida de biodiversidad y poner la naturaleza y ecosistemas en vías de recuperación para el año 2030. 

La deforestación y la conversión de la tierra para la producción agrícola de gran escala y ganadera con practicas insostenibles, han destruido los ecosistemas y han aumentado las interacciones entre la vida silvestre y los humanos, abriendo la puerta a los brotes de enfermedades infecciosas. Por lo tanto, la rápida pérdida de la naturaleza, los ecosistemas y la biodiversidad no solo amenaza nuestro medio ambiente sino también la salud, la alimentación, el desarrollo, la equidad social y los derechos humanos. Desde el aire que respiramos hasta los alimentos que comemos, todos dependemos de la biodiversidad para el bienestar y la supervivencia.

Los sistemas alimentarios insostenibles están en el centro mismo de muchos desafíos asociados a la naturaleza, el clima y la salud pública. Las tres cuartas partes del medio ambiente terrestre están significativamente alteradas por las acciones humanas, y aproximadamente el 70 por ciento del agua dulce mundial se utiliza para la agricultura. 

Los suelos y los ecosistemas sanos actúan como amortiguadores naturales contra los impactos de eventos climáticos extremos. Sin embargo, ya hemos perdido el 70% de los humedales, y cerca de la mitad de los bosques y manglares. Los impactos de la pérdida de la biodiversidad se sienten especialmente en las comunidades mas vulnerables y marginadas. Los pueblos indígenas, los productores de alimentos en pequeña escala, los campesinos y los pescadores artesanales dependen de la biodiversidad para su alimentación y substistencia a la vez que preservan practicas ancestrales y sostenibles para toda la humanidad.

Por consiguiente, la diversidad biológica es esencial no sólo para la erradicación de la pobreza y la desigualdad, sino también para la justicia social y los derechos humanos, incluidos los derechos a la alimentación, al agua, a la salud humana y a un medio ambiente sano. La salud y la nutrición de los jóvenes y los niños también se ven afectadas por la intensificación de la degradación ambiental, y aunque no son responsables de la crisis, heredarán un planeta dañado. 

Esta injusticia exacerba aún más la pobreza, amplía las diferencias de ingresos y otras desigualdades, a la vez que conduce a prácticas de explotación y a la violencia de género. La pérdida de la diversidad biológica, el cambio climático y la creciente escasez de recursos socavan no sólo la seguridad ambiental sino también la humana, lo que provoca conflictos, que a su vez tienen consecuencias devastadoras tanto para las personas como para el planeta. Por lo tanto, es nuestro deber para poner a la naturaleza en el camino de la recuperación y preservar el planeta para nuestros hijos y el futuro generaciones.