En el orbe queda solo un archipiélago por descubrir, explotar de manera amable, incorporar sus vastos territorios al uso humano, particularmente para la alimentación y sobre vivencia, es el Archipiélago de Chile.
Ubicado en la parte sur del continente americano, dividido en tres regiones administrativas, en las cuales se encuentran miles de islas, desde la Isla Tenglo hasta la Tierra de O?Higgins.
Esta Región representa longitudinalmente, la mitad del territorio nacional y a su vez concentra un borde costero de enorme proporción y tamaño, especialmente apto para la acuicultura en todas sus expresiones.
Espacio para el desarrollo
La incorporación del 75 % de la superficie nacional en la cotidianeidad, en la cultura, en el sentimiento de pertenencia, es la antesala emocional que nos dispone a realizar acciones cuya manifestación física será el desplazamiento hacia ese territorio ignoto para la ciudadanía.
Prolongar nuestras fronteras interiores hacia los confines del desmembramiento continental, en el único archipiélago en el mundo que permanece con escasa y a veces nula intervención humana, es el desafío de nuestra época.
La salmonicultura es una de las actividades productivas pioneras y marca la ruta del desarrollo, así como también lo es la compra, por parte de magnates financieros, de extensos territorios con afanes conservacionistas excluyentes de la participación humana.
Unos y otros son en la actualidad los modelos extremos para el uso del espacio, debemos innovar en el uso del Chile archipielàgico a fin de evitar desastres ecológicos y sociales, a la vez que nos beneficiamos sin perjuicios futuros.
El Puente Bicentenario
El fantasma que asoma y se regocija con el actual debate maniqueo, no es el del Trauco ni ningún ser mitológico chilote, es el Fantasma del Desarrollo, el que aparece y desaparece sin darnos tiempo a explicarnos el fenómeno, menos aún las razones que justifican obras de envergadura multimillonaria.
El puente que se desecha, no es el ?puente para Chiloè?, sino que es el puente para acercarnos más a nuestras islas sureñas y a las tres cuartas partes de nuestra superficie. Chiloè y sus Islas son tan solo casi el 1% del territorio insular de todo el país.
Es el archipiélago más conocido y popular, pero a partir desde el sur de la Isla Grande, se diseminan nuestras riquezas, las que para ponerlas al alcance de la nación, es necesario el puente sobre el Canal de Chacao.
Chile reduce su crecimiento hasta las orillas de la Isla de Santiago, pronto se hará evidente la necesidad de ampliar sus limites, condenados por la concentración excesiva de sus malas decisiones.
Desarrollo Insular
Nuestra cultura tiene un comportamiento aislado, nos rodea el macizo cordillerano, el océano mas grande, el desierto más árido y los hielos antárticos, de allí que las mayores concentraciones humanas auto generan la sensación islotes independientes.
Como nueva nación nos hemos desarrollado por anexiones sucesivas de territorio, incluso con sus guerras y guerrillas, por el norte con la Confederación Perú/Bolivia y por el sur con las tribus de habitantes primigenios, de este modo se han ampliado los espacios para los islotes centralistas o enclaves territoriales.
Hoy no es necesario invertir en armamentos para descabezar a Onas, Yaganes o Alacalufes, tampoco para resistir los embates de los malones araucanos, con nuestros vecinos del norte estamos en franco dialogo comercial sin desquite ni revanchas.
Para seguir creciendo y desarrollándonos, necesitamos utilizar nuestras reservas estratégicas de suelo, agua y recursos naturales a costos muy inferiores de los pagados en antaño con caras vidas humanas tras la conquista del espacio que se agota, malgasta y deteriora.
Un puente para Chile
Puerto Montt como el umbral de la Patagonia ofrece un crecimiento limitado por la demanda de servicios relacionados al turismo de una zona que se disemina hacia las pampas argentinas.
Quellòn como umbral del Chile Archipielàgico, nos ofrece nuestro propio territorio y las oportunidades de acceder a recursos múltiples.
El crecimiento de la comuna de servicios más dinámica del Chile Continental ya ha tocado fondo y no tiene superficie para distribuir la construcción de más espacios habitacionales
Se trata púes, de conquistar nuestros propios territorios y posesionarnos a partir de nuestra propia cultura isleña, donde hace falta el incentivo para una nueva fase colonizadora.
El puente sobre el canal de Chacao, extiende nuestra frontera interior y prolonga el continente por más de 200 kilómetros, la utilidad se multiplica con creces en su sentido país y es más barato que la construcción de carreteras y autorrutas longitudinales en las cordilleras de los andes y de la costa en suelos sobre explotados
Conectividad marítima
Existen naciones cuya superficie la compone un archipiélago, algunos de ellos admirados por nuestra emergente conciencia universal, Japón e Indonesia son nuestros socios en el Pacífico, ambas naciones son solo islas.
La ruta del salmón nos lleva a los fiordos e islas de Noruega y al mar del norte donde también descubrimos a Islandia, de todos ellos debemos aprender a asociarnos al mar.
El sur es la alternativa de corredor bi oceánico combinando carreteras y mar, cuando se agota el uso del Canal de Panamá y cuando es necesario acercarse aún más hacia el Estrecho de Magallanes
La conectividad marítima desde Quellòn al sur requiere del Puente Bicentenario, de este modo acercamos más el país hacia el mismo país ofreciéndonos oportunidades para crecer y desarrollarnos.
Chile Archipielàgico
Chile Archipielàgico
Tomas Pizarro Meniconi
Consultor en Desarrollo Local
El mar, nuestro futuro
En el orbe queda solo un archipiélago por descubrir, explotar de manera amable, incorporar sus vastos territorios al uso humano, particularmente para la alimentación y sobre vivencia, es el Archipiélago de Chile.
Ubicado en la parte sur del continente americano, dividido en tres regiones administrativas, en las cuales se encuentran miles de islas, desde la Isla Tenglo hasta la Tierra de O?Higgins.
Esta Región representa longitudinalmente, la mitad del territorio nacional y a su vez concentra un borde costero de enorme proporción y tamaño, especialmente apto para la acuicultura en todas sus expresiones.
Espacio para el desarrollo
La incorporación del 75 % de la superficie nacional en la cotidianeidad, en la cultura, en el sentimiento de pertenencia, es la antesala emocional que nos dispone a realizar acciones cuya manifestación física será el desplazamiento hacia ese territorio ignoto para la ciudadanía.
Prolongar nuestras fronteras interiores hacia los confines del desmembramiento continental, en el único archipiélago en el mundo que permanece con escasa y a veces nula intervención humana, es el desafío de nuestra época.
La salmonicultura es una de las actividades productivas pioneras y marca la ruta del desarrollo, así como también lo es la compra, por parte de magnates financieros, de extensos territorios con afanes conservacionistas excluyentes de la participación humana.
Unos y otros son en la actualidad los modelos extremos para el uso del espacio, debemos innovar en el uso del Chile archipielàgico a fin de evitar desastres ecológicos y sociales, a la vez que nos beneficiamos sin perjuicios futuros.
El Puente Bicentenario
El fantasma que asoma y se regocija con el actual debate maniqueo, no es el del Trauco ni ningún ser mitológico chilote, es el Fantasma del Desarrollo, el que aparece y desaparece sin darnos tiempo a explicarnos el fenómeno, menos aún las razones que justifican obras de envergadura multimillonaria.
El puente que se desecha, no es el ?puente para Chiloè?, sino que es el puente para acercarnos más a nuestras islas sureñas y a las tres cuartas partes de nuestra superficie. Chiloè y sus Islas son tan solo casi el 1% del territorio insular de todo el país.
Es el archipiélago más conocido y popular, pero a partir desde el sur de la Isla Grande, se diseminan nuestras riquezas, las que para ponerlas al alcance de la nación, es necesario el puente sobre el Canal de Chacao.
Chile reduce su crecimiento hasta las orillas de la Isla de Santiago, pronto se hará evidente la necesidad de ampliar sus limites, condenados por la concentración excesiva de sus malas decisiones.
Desarrollo Insular
Nuestra cultura tiene un comportamiento aislado, nos rodea el macizo cordillerano, el océano mas grande, el desierto más árido y los hielos antárticos, de allí que las mayores concentraciones humanas auto generan la sensación islotes independientes.
Como nueva nación nos hemos desarrollado por anexiones sucesivas de territorio, incluso con sus guerras y guerrillas, por el norte con la Confederación Perú/Bolivia y por el sur con las tribus de habitantes primigenios, de este modo se han ampliado los espacios para los islotes centralistas o enclaves territoriales.
Hoy no es necesario invertir en armamentos para descabezar a Onas, Yaganes o Alacalufes, tampoco para resistir los embates de los malones araucanos, con nuestros vecinos del norte estamos en franco dialogo comercial sin desquite ni revanchas.
Para seguir creciendo y desarrollándonos, necesitamos utilizar nuestras reservas estratégicas de suelo, agua y recursos naturales a costos muy inferiores de los pagados en antaño con caras vidas humanas tras la conquista del espacio que se agota, malgasta y deteriora.
Un puente para Chile
Puerto Montt como el umbral de la Patagonia ofrece un crecimiento limitado por la demanda de servicios relacionados al turismo de una zona que se disemina hacia las pampas argentinas.
Quellòn como umbral del Chile Archipielàgico, nos ofrece nuestro propio territorio y las oportunidades de acceder a recursos múltiples.
El crecimiento de la comuna de servicios más dinámica del Chile Continental ya ha tocado fondo y no tiene superficie para distribuir la construcción de más espacios habitacionales
Se trata púes, de conquistar nuestros propios territorios y posesionarnos a partir de nuestra propia cultura isleña, donde hace falta el incentivo para una nueva fase colonizadora.
El puente sobre el canal de Chacao, extiende nuestra frontera interior y prolonga el continente por más de 200 kilómetros, la utilidad se multiplica con creces en su sentido país y es más barato que la construcción de carreteras y autorrutas longitudinales en las cordilleras de los andes y de la costa en suelos sobre explotados
Conectividad marítima
Existen naciones cuya superficie la compone un archipiélago, algunos de ellos admirados por nuestra emergente conciencia universal, Japón e Indonesia son nuestros socios en el Pacífico, ambas naciones son solo islas.
La ruta del salmón nos lleva a los fiordos e islas de Noruega y al mar del norte donde también descubrimos a Islandia, de todos ellos debemos aprender a asociarnos al mar.
El sur es la alternativa de corredor bi oceánico combinando carreteras y mar, cuando se agota el uso del Canal de Panamá y cuando es necesario acercarse aún más hacia el Estrecho de Magallanes
La conectividad marítima desde Quellòn al sur requiere del Puente Bicentenario, de este modo acercamos más el país hacia el mismo país ofreciéndonos oportunidades para crecer y desarrollarnos.