La Trampa de Liquidez y el volver la mirada a la economía real

Ha llegado un receso para especuladores e inversionistas de corto plazo que juegan con las expectativas de precios y las relaciones riesgo rentabilidad.
Pues llego la hora de volver a poner los pies en la tierra y enfocarnos en resguardar y mejorar el valor de los activos reales, esto quiere decir volver a pensar en términos de la productividad del trabajo, de los bienes de capital físico y de nuestros recursos naturales.
Porque ya nos lo han hecho antes, pasó en el 80 con la crisis de pago de los países latinoamericanos y paso en los 90 con la crisis asiática, y ahora les ocurrió en el propio gigante capitalista exponente del libre mercado.
El Capitalismo de Camaradas lo denominaron algunos especialistas a este fenómeno de riesgo moral que introduce fallas en el mercado monetario y trae como consecuencia la insolvencia del sistema financiero a tal punto que la autoridad económica tiene que actuar como prestamista de última instancia para evitar una corrida bancaria, es decir, una quiebra generalizada de la industria lo que traería consigo una total ruptura del sistema monetario y de su sistema de pagos.
Y al final, como bien dijera un connotado especialista nacional, el que paga los platos rotos es Moya, es decir, cada uno de nosotros que tenemos que soportar las altas tasas de inflación y en el caso de nuestro país el mantenimiento de un dólar por el suelo con su consecuente efecto sobre los retornos de las exportaciones, que es nuestra vocación económica por excelencia en los últimos 40 años.
Este escenario pone en un aprieto no menor a las autoridades económicas que se ven tentadas a seguir inyectando liquidez (dinero fresco) a la economía con la esperanza que esto reactive la demanda por la vía del gasto en consumo y la inversión de aquellos proyectos que estaban en carpeta porque tal vez antes no eran tan atractivos y esperaban un costo de capital más adecuado a sus retornos.
Esto es lo que se denomina Trampa de Liquidez, que quiere decir que el modelo ha caído en una encrucijada entre tasas de interés muy bajas (la Reserva Federal de los Estados Unidos ha vuelto a bajar su tasa hasta un 2,25%) y expectativas desfavorables a la inversión, mucho riesgo en el sistema, lo que neutraliza la capacidad de la autoridad para reactivar la economía vía política monetaria.
En fin, que podemos hacer nosotros los ciudadanos comunes y corrientes que no estamos en estas altas esferas del capitalismo y por ende no nos enriquecemos de aprovechar los vacíos que ofrece el mercado, y que además tenemos un poco más de moral en cuanto a la forma de mejorar nuestra situación dañando a otros.
El consejo más adecuado sería el mantener la fe en nuestro sistema económico nacional pues tenemos un colchón que nos puede aminorar el golpe y mirar una vez más hacia dentro para mejorar nuestros temas estructurales que nos mantienen parados en la tierra, entiéndase esto como nuestra calificación o capacidad de generar riqueza en el mediano y largo plazo, la creatividad que esta conlleva para utilizar bien nuestros recursos en adquirir bienes de capital físico que mejoren nuestra competitividad, sean maquinas, tecnología, y bienes raíces, avanzando con paso decisivo en mejorar la forma en que utilizamos nuestros recursos naturales que es lo más real y concreto que tenemos en activos de largo plazo.