Chile: El estado somos nosotros

Se suele creer que los problemas tanto políticos, como sociales y económicos son imposibles de solucionar por seres humanos comunes y corrientes como nosotros, se suele endiosar a las autoridades y a los empresarios, poniéndolos a la cabeza de este país, de nuestro país, que nosotros, como ciudadanos hemos regalado o dicho de otra forma, así como Chile se ha vendido a empresas extranjeras, nosotros, por creer que no tenemos más opción, nos hemos vendido a un estado que nos vende.
Es muy común escuchar comentarios como ¿Qué puedo hacer yo por solucionar las cosas si los que deben hacerlo no lo hacen?.
Ante preguntas como esa yo me pregunto ¿Quiénes son los supuestos dueños de las soluciones? ¿Los empresarios? ¿El gobierno de turno?
Según mi opinión tanto para unos como para otros lo primordial es velar por sus propios intereses y resulta hasta lógico considerando que en nuestra sociedad el exitismo juega un rol fundamental, “ser más es equivalente a tener más” y por tener más, muchos son capaces de vender a su madre, con mayor razón venderán un país que ven simplemente como una mercancía rentable y somos rentables porque estamos ciegos, sordos y mudos y cada vez que nos conviene nos hacemos los tontos.
Un país desorganizado, disipado en el aire, es un país que no tiene opción de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos comunes, creer que un trabajo es un favor que un semidiós nos hace a nosotros pobres mortales es uno de nuestros errores fundamentales y la base de nuestra pobreza.
Cada uno de nosotros, posee cualidades y capacidades sin las cuales ningún sistema funcionaría, cada uno de nosotros somos piezas clave en la construcción de este gran engranaje llamado Chile y cada uno puede aportar en la medida de sus posibilidades a mejorar este sistema.
Es hora de que nos hagamos parte activa del estado, es hora de que tomemos conciencia de que nosotros somos el estado o como me dijo un buen amigo “el estado somos nosotros”.
Si nos pusiéramos de acuerdo respecto a cuales son nuestros intereses fundamentales y todos desde nuestras profesiones u oficios camináramos hacia el mismo objetivo, si antes de decir que no podemos lo intentáramos, nos daríamos cuenta de que somos muchos y de que queremos lo mismo: un país justo donde todos podamos vivir dignamente.