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Con la llegada del verano y las altas temperaturas, más de 500 mil chilenos se ven mayormente afectados  que el resto de la población debido a su obesidad mórbida.  “Las personas con obesidad, al tener mayor grasa corporal, tienen bastante alterados los mecanismos de eliminación del calor en su cuerpo”, comenta el Dr. Ricardo Funke, Presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Bariátrica y Metabólica.

Es así como no sólo su “sensación térmica” es mucho mayor, si no que efectivamente su organismo reacciona peor a las temperaturas extremas generándose un riesgo para su salud.

Además del control de temperatura, las personas con esta enfermedad tienen  “menos agua corporal que influye en el metabolismo porque sufren de mayor sudoración”, explica Dr. Funke.  Debido a esto, pueden deshidratarse.

Verano y estrés

Esta época del año puede ser relajante y vacacional para la mayoría, pero es de mayor presión psicológica para quienes sufren de obesidad, dado que tanto su malestar físico como emocional les generan problemas. El Dr. Funke lo resume: “muchas veces debido a no querer exponer su exceso de peso, utilizan ropa más gruesa en verano y los afecta en mayor manera”. Esta situación no sólo les genera conflictos sociales, potenciando el calor corporal y el exceso de sudoración.

Es por esto que la comunidad médica recomienda que cuando el termómetro pase los 30°, las personas obesas no realicen actividad física exigente, beban abundante agua, eviten las bebidas alcohólicas y los alimentos altos en calorías (que, como su nombre, lo indica producen calor) y se mantengan en lugares frescos y ventilados.

Recordemos que la obesidad mórbida es una enfermedad multifactorial que afecta a miles de chilenos, los que en época de verano sufren el aumento de las condiciones negativas que produce este síndrome.