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Este lunes comienzan los alegatos de las llamadas objeciones preliminares y Chile comienza exponiendo sus argumentos en una audiencia que finalizará a las 13 horas. La opción de nuestro país fue declarar incompetente al Tribunal Internacional, afirmando que hay un tratado previo que fija los límites entre ambos países vecinos, el Tratado de Paz y Amistad de 1904.

El martes la Corte no sesionará, debido a un feriado en Holanda, pero retomará el miércoles con los alegatos de Bolivia, que comenzarán a las 4:30 de la mañana y finalizarán cerca de las ocho de la mañana, hora chilena.

El proceso sigue el jueves con un nuevo turno para Chile y finaliza el viernes con el derecho a réplica para Bolivia.

A pocos días de asistir a Holanda, el canciller chileno, Heraldo Muñoz, se reunió con la Presidenta Michelle Bachelet y con los parlamentarios que integran las comisiones de Relaciones Exteriores de ambas cámaras.

A la salida de este encuentro, el ministro incluso sostuvo que este acuerdo favorece al país vecino: “Chile con Bolivia tienen un tratado que obliga a las partes y que fue negociado y luego ratificado por los dos parlamentos, 20 años después del conflicto que enfrentó a nuestros dos países, de tal modo que lo que hay que hacer es respetar lo pactado. Incluso en ese tratado hay beneficios enormemente importantes para Bolivia de acceso al mar, de acceso no soberano, de libre tránsito”, dijo.

Entre los beneficios, Heraldo Muñoz nombró las agencias aduaneras y agentes que tiene Bolivia en Arica y Antofagasta, la carencia de gravamen al libre y tránsito de carga a través de los territorios y puertos chilenos y que no se aplique el IVA en dicho sector. Además nombró la construcción del ferrocarril y el oleoducto, entre otros temas.

Sin embargo, las garantías que destaca Muñoz no son suficientes para un país que ha señalado que Chile se quedó con parte de su territorio, donde estaban ubicados los recursos mineros, restándole esa fuente de riqueza, condenándolo a la mediterraneidad y limitando así su desarrollo, como se afirma en el Libro del Mar, que contiene el detalle de la posición boliviana.

Hace algunas semanas, Evo Morales declaró este texto como obligatorio en todos los colegios, instancia en que apuntó también a la independencia de la Corte: “Bolivia es un país respetuoso del Derecho, por eso acudimos y confiamos en ella, en su independencia y su espíritu de justicia. Esperamos con serenidad una decisión que nos permita encontrar una solución efectiva a esta controversia”, dijo el mandatario.

Bolivia se acoge a los llamados actos unilaterales del Estado al sostener que Chile ha tenido una serie de acercamientos, apuntando a entregarles una salida soberana al mar y que no ha cumplido con esa expectativa. Esta demanda la ha expuesto ante diversas instancias internacionales, mientras Chile sostiene que es un asunto bilateral.

El conflicto ha calado en las relaciones de dos países que, a raíz de esta disputa, carecen de relaciones diplomáticas desde 1978. Por lo mismo, diversos analistas políticos afirman que Bolivia es un tema pendiente en las relaciones internacionales de nuestro país.

Así lo indicó Jaime Insignia, director del Programa Internacional de la Fundación Chile 21, quien en conversación con Radio Universidad de Chile se refirió a la necesidad de una “vuelta al barrio, hacia América Latina, fundamentalmente hacia América del Sur y buscando mejores relaciones con nuestros vecinos”.

“En ese sentido, con Bolivia aún estamos al debe”, añadió.

Así, se observan tres posibles escenarios: que la Corte se declare incompetente, que se declare competente o que sostenga que la objeción planteada por Chile no tiene un carácter completamente preliminar, o sea, que está muy ligada al fondo de la demanda, con lo que decidiría al final del proceso jurídico su competencia. Esa decisión no se tomará antes de octubre o noviembre.