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La reciente visita de la ministra de Educación de Nueva Zelandia ha despertado interés por el sistema educativo de este país, considerado uno de los mejores del mundo. Los neozelandenses se enorgullecen de vivir en un país con un elevado nivel de desarrollo económico y social, e integrado culturalmente, gracias a la calidad de su sistema educativo, el que aparece permanentemente en los primeros lugares en las mediciones internacionales que realiza la OCDE.

Pero esto no siempre fue así. El gran cambio en la educación en Nueva Zelandia fue durante las décadas del 80 y 90, donde se realizaron profundas reformas en el sistema público con el objetivo de hacerlo más eficiente y efectivo.

Actualmente, en Nueva Zelandia la educación escolar (entre los 6 y los 16 años) es gratuita y obligatoria. De acuerdo a los datos de la OCDE, un 96% de los alumnos de primaria asiste a escuelas públicas y un 85% en educación secundaria lo hace. El gasto en educación es altísimo, alcanzando el 7,2% del PIB (más alto que el 5,8% promedio OCDE).

A continuación algunas claves del sistema educativo neozelandés.

Institucionalidad

Junto con el Ministerio de Educación, hay tres instituciones clave en el aseguramiento de la calidad del sistema: Education Review Office (ERO), agencia responsable de evaluar y reportar resultados; la New Zealand Qualifications Authority (NZQA), agencia encargada de que el sistema provea de un marco de cualificaciones robustas y creíbles; y el New Zealand Teachers Council (NZTC) encargada de desarrollar estándares y liderazgo profesional docente.

El ministerio tiene a su cargo la política educativa nacional, el financiamiento de las escuelas públicas, desarrollar el curriculum nacional y la fijación y evaluación de estándares. Además, se encarga de negociar los salarios para docentes y directores cada tres años con los dos principales sindicatos del país.

Descentralización

Uno de los mayores cambios de las últimas décadas fue la descentralización del sistema educativo. Este pasó a ser autoadministrado a nivel local y supervisado por un directorio (Boards of Trustees), instancia local responsable de su funcionamiento y responsable ante la comunidad.

El directorio cuenta con representantes tanto de las escuelas como de la comunidad misma (padres y estudiantes), y entre sus funciones están la definición de un plan estratégico en conjunto con la comunidad escolar, la gestión y administración de los recursos humanos de las escuelas, y el seguimiento y monitoreo.

Profesores

Nueva Zelandia tiene estándares obligatorios para los docentes recién graduados. Además de la certificación, los profesores deben completar dos años de inducción evaluada por el director.

En el país existe una altísima valorización de la profesión docente. Los profesores son considerados profesionales altamente capacitados, comprometidos con la profundización del aprendizaje dentro de las comunidades escolares, y un constante aporte al sistema educativo de calidad.

Flexibilidad en la formación escolar

El sistema educacional integra la educación secundaria técnica y de formación general en forma flexible, con un marco de calificaciones que permite que los estudiantes, a través del logro de determinados estándares de aprendizaje y de la utilización de créditos, puedan ir, en función de sus intereses y habilidades, definiendo su trayectoria educativa hacia la educación superior. Esto permite, por ejemplo, que si un joven elige ser técnico en una determinada especialidad, pueda cambiarse con mayor facilidad, al tener parte de los créditos avanzados y no tenga que comenzar una especialidad distinta desde cero.

Integración

El 15% de la población de Nueva Zelandia es de origen maorí. De hecho, la ministra de Educación, Hekia Parata, pertenece a esta etnia. El país ha implementado políticas de integración, como por ejemplo un curriculum nacional bilingüe y bicultural.

Evaluaciones

La evaluación para el aprendizaje ha sido parte importante del desarrollo del sistema educativo neozelandés desde comienzos de los 90s. La evaluación es entendida como parte de un proceso de mejoramiento continuo y formativo para los alumnos, poniendo el foco en usar el juicio y conocimiento profesional del docente por sobre un régimen de pruebas estandarizadas, pero con orientaciones y estándares claros establecidos a nivel nacional. 

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