Columna de Opinión de Patricia Sánchez, Jefa de Carrera Educación Diferencial en Universidad Santo Tomás
Desde que las tecnologías de las comunicaciones e información irrumpieron en el mundo han ido instalándose progresivamente en todas las zonas y dimensiones que podamos imaginar, envolviéndonos a todos en su red. Hoy ya no es tema de discusión si su influencia es buena o perjudicial, sino más bien como lograr una relación lógica entre la sociedad y las Nuevas Tecnologías de las Comunicaciones y la Información. El aprendizaje, en el contexto de las TICS ya no se produce en una etapa concreta de la vida, sino que requiere un aprendizaje permanente, a lo largo de toda la vida. Como señala Zabalza hemos convertido "la agradable experiencia de aprender algo nuevo cada día en un inexcusable principio de supervivencia".
Están surgiendo nuevos trabajos y aumentando las profesiones relacionadas a la información y el conocimiento, que precisan emplear las TICS. Los profesionales necesitan adaptarse continuamente a los cambios y avances, por ello, resulta imprescindible que se articulen medios de formación continua, adaptados a las necesidades de los profesionales -horario flexible, tiempo reducido, imposibilidad de desplazamiento, etc.
El uso de las TIC en los cursos de formación profesional continua permite atender a estas necesidades y se está desarrollando un tipo de formación a distancia, que utiliza las nuevas tecnologías como nexo de unión entre los alumnos, los contenidos y los formadores. Son la familia y la escuela las que tienen un rol fundamental pues deben esforzarse por producir nuevos sujetos autónomos, reflexivos y que además estén conectados a la red global, generen sus propios espacios y tiempo para compartir. Las TICS deben ser una herramienta y oportunidad para mejorar la educación, haciéndola más motivante y real.
En el sentido de que nos permite como educadores llegar a lograr que nuestros alumnos aprehendan lo que corresponde del proceso de enseñanza en el que estén, de acuerdo a sus propios contextos.
Nos permite llevarlos, por su puesto, con una buena orientación de las TICS hacia el desarrollo más elevado de las estructuras del pensamiento (reflexión, deducción, inferencia) y también al trabajo en equipo, responsabilidad, superación de problemas, adaptación al cambio, que son competencias necesarias para enfrentar el mundo actual.
Esto trae consigo que sea factible que los docentes busquen, comparen y creen nueva información, utilizando los medios de comunicación y TICS respecto por ej.a planificaciones, pautas de evaluación de aprendizajes y/o de conductas, formas de abordar a los apoderados, las Necesidades Educativas Especiales,etc. Así como también, ya se ha instalado como una realidad contemporánea, el entender que el proceso de enseñanza aprendizaje no sólo se da entre el profesor y el educando, sino que existen referentes virtuales validados, como son los video juegos, el hipertexto.
Hablar de comunicación y de educación como dos campos separados no tendría sentido en el mundo actual. Más que nunca, la educación necesita de la comunicación, no solamente para romper los moldes que han terminado por aprisionarla y separarla de la posibilidad de crecimiento sino también porque es parte del espacio público.
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