A un mes del suicidio del cura Núñez: conoce el perfil del polémico sacerdote

09 Marzo 2019

Calbuco sigue dividido ante las denuncias de abuso sexual que pesaban contra el religioso. Acusaciones de beber alcohol y realizar “pijama parties” con menores de edad, chocan con quienes sostienen que era un cura carismático y bienhechor. 

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Hace ya un mes que se suicidó el ex sacerdote Francisco Núñez Calixto en Puerto Montt. No obstante, la comunidad de Calbuco sigue dividida entre quienes defienden la inocencia del párroco y quienes lo recriminan por las acusaciones de abuso sexual que pesaban en su contra.

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Núñez, quien ya había estado cerca de la muerte en 2010, tras un ataque con cuchillo de un joven esquizofrénico (el cual le dejó una cicatriz con forma de cruz en su cuello) había oficiado como párroco de Calbuco desde el año 2000.

Dentro de sus tareas, estaba visitar una vez al mes las 37 capillas de su jurisdicción, repartidas en 14 islas, además de hacer clases en el colegio San Miguel. En un solo día, Núñez realizaba por lo menos 3 misas, entre sus múltiples actividades. “Pancho era un cura diferente a los demás. Reencantó a los fieles y remodeló algunas capillas que tenían más de 300 años. Las dos mismas que hacía el domingo se llenaban, porque sus prédicas eran bien cercanas a la realidad”, declaró a la revista Sábado Ramón Andrade, exconcejal de Calbuco y exmiembro del equipo pastoral de Núñez.

El sacerdote era visto como una auténtica autoridad en la comuna. Llegó a viajar junto al alcalde Rubén Cárdenas al vaticano en 2016, donde conocieron al Papa Francisco.

Quizás su trabajo más destacable fue el que realizó con los jóvenes de la comunidad: creó una pastoral, un coro, organizó misiones, y formaba acólitos con los que viajaba, todos los años, a Santiago a peregrinar al santuario de Santa Teresa de los Andes.

No obstante, dicho esfuerzo también tuvo un lado B. Uno de los primeros en denunciar esto, fue el actual párroco de Calbuco, Juan Alberto Caamaño (35), quien en ese entonces era vicario bajo las órdenes de Núñez. “Tenía un círculo cerrado de varones. Nunca vi una situación de abuso, pero sí cuando me ausentaba de la parroquia, quedaba en evidencia de situaciones de trago, como botellas de ron o whisky. La primera vez le dije que no me parecía, porque la casa parroquial era de los dos y yo no quería meterme en forros. Él se enojó y me dijo que esta era su casa y hacía lo que quería” declaró Caamaño a la misma revista.

En 2017, exmiembros de la parroquia ratificaron la versión de Caamaño. Los jóvenes, cuya identidad no ha sido revelada, aseguraban que Núñez les pedía a los jóvenes de su parroquia que durmieran en su dormitorio, en un colchón que instalaba junto a su cama, donde dormían hasta 3. “A veces hacían “juegos” con él, como lanzarse unos encima de otros, esto era común, eran adolescentes”. La misma fuente señala que nunca vio situaciones de carácter sexual, pero sí sostuvo que Núñez tenía un carácter autoritario y que ejercía un fuerte control sobre los jóvenes que seleccionaba para tener una relación especial, a quienes llamaba sus “favoritos”.

Finalmente, en enero de 2018 el obispo sacó a Núñez de Calbuco. Núñez prefirió renunciar, y se trasladó a Santiago donde trabajó en un colegio. En eso estaba hasta que su nombre apareció en un reportaje de Ciper, donde se constataba que lo estaban investigando por presunto abuso sexual. Tras lo cual, se detonaron una serie de rumore en Calbuco. “Nos empezaron a tratar como si fuéramos personas abusadas. Decían que hacíamos “pijama parties” con el cura, que tomábamos alcohol y que yo era su pareja, pero eso nunca fue así” contó Jefferson Morales (22), uno de los expupilos del sacerdote.

Núñez debió renunciar a su trabajo en Santiago, y se trasladó a Puerto Montt, donde trabajó de Uber y vivió en la casa de su hermana. Lugar en el que se suicidó en febrero pasado. Tras su muerte, dejó una carta de 7 páginas donde negaba todas las acusaciones y señalana a Caamacho de ser responsable de todas las “calumnias” en su contra.

Dentro de la semana entrante, la fiscalía solicitará el sobreseimiento definitivo, por extinción de la responsabilidad penal “derivada del fallecimiento del imputado”. Mientras tanto, los fieles de la diócesis de Calbuco siguen discutiendo sobre la inocencia o culpabilidad de Francisco Núñez.