Derechos del nacimiento: respetar las decisiones de la madre

04 Junio 2020

Para lograr una Ley de Nacimiento, tanto la sociedad como los profesionales de la salud tenemos que empezar a conversar y trabajar para que la experiencia de nacer sea un momento cuidado y acompañado.

Sandra Ramírez >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

El parto es la experiencia más transformadora que una mujer experimenta a lo largo de su vida y el parto respetado implica generar un espacio íntimo donde la madre y el recién nacido sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible.

Hablar de Parto Respetado (Francia, 2004) es respetar el ritmo natural del parto, evitando cualquier tipo de intervención, permitiendo que la mujer que está en trabajo de parto se alimente e hidrate según sus requerimientos, facilitar el libre movimiento de la pelvis y la elección de la postura que ella considere la más adecuada para parir. Respetar el nacimiento también implica que el recién nacido sea acogido en un ambiente cálido, de baja iluminación, exento  de ruidos y con la presencia de un acompañante significativo para la madre, que no sea separado de su madre al menos durante la primera hora de vida , llamada la “hora sagrada”.

Hasta hace poco tiempo atrás, las mujeres parían sin la compañía de su pareja o familiar cercano, en salas de parto inhóspitas, con paredes de azulejos blancos, con un exceso de luz artificial, sin alimentarse ni hidratarse durante horas, y en posición decúbito dorsal (acostada, de espaldas), junto con recibir una serie de intervenciones médicas para “apurar” el parto. Además eran separadas de sus hijos recién nacidos. Hoy esto ha cambiado y cada vez son más los profesionales del cuidado obstétrico que informan y acompañan a la mujer, entregándoles las  herramientas y la confianza en sí mismas para llegar mejor preparadas y empoderadas al parto, desde lo físico a lo emocional.

Debemos seguir avanzando, tenemos que empezar a hablar de los derechos del nacimiento, teniendo en cuenta los deseos y necesidades fisiológicas de la mujer, durante este proceso, la que debiera participar  activamente de las decisiones y actuaciones del equipo obstétrico. Por otro lado, los recién nacidos tienen derecho a tener contacto con su madre desde el momento del nacimiento, a ser alimentados con leche materna sin interferencia, a tener asegurada su identificación desde que nacen y durante toda su estadía en el hospital o clínica. En Chile aún no se ha promulgado una  Ley de Derechos del Nacimiento, para lograrla, tanto la sociedad entera como los profesionales de la salud tenemos que empezar a conversar y trabajar para que la experiencia de nacer sea un momento cuidado y acompañado, en lugar de ser tratada como una enfermedad.

La crisis sanitaria por Covid 19 a la cual nos enfrentamos, desgraciadamente ha afectado la forma de nacer no solo en nuestro país sino en el mundo, debido a que los protocolos para contener la enfermedad dentro de los recintos asistenciales son muy estrictos. ¿Qué sucederá después de la pandemia? ¿Podremos plantearnos la necesidad de separar las maternidades de los lugares donde habita la enfermedad y recuperar el carácter natural y mamífero de los nacimientos?