Cultura ¿Un bien de consumo?

28 Enero 2014

El dramaturgo y académico Raúl Osorio, plantea las exigencias que debemos asumir, si queremos ser capaces de sacar conclusiones sobre el estado de la cultura en Chile y definir políticas de largo plazo.

Corresponsal El... >
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Le llama la atención  que a pesar  que existe un bajísimo  porcentaje  de la población  en nuestro país que declara asistir al teatro, el informe  Cultura  y  Tiempo, editado por el INE y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, nos entregó  la “buena noticia”  que la cantidad de  espectadores  había  crecido  el 2012, en relación  al 2011.

Las autoridades no demoraron en destacar el  avance,  que se  expresaba  en  un aumento del “consumo cultural”,  particularmente  medible    en la cantidad de espectadores   a conciertos  y al cine chileno.

Pero cabe preguntarse ¿Es  es así cómo debemos medir el  desarrollo cultural del país?  ¿Nos podemos dar por satisfecho sólo con las cifras?

El profesor Osorio nos advierte-con razón- que   a pesar  que  vivimos  en  una sociedad de mercado, no  podemos  asimilar las  artes  a un  bien  de consumo, porque  esa aproximación  es estéril, y  nos dice poco  y nada del impacto  que debe  tener  la experiencia  artística en el consumidor  de cultura.  

Se debe evaluar hasta qué  punto,  estamos siendo capaces de   dejar una  huella  en    el espectador,   integrándolo a una “experiencia vital”.  Este  no  sólo debe  consumir un espectáculo, sino incorporarlo  como un factor de crecimiento y belleza.

El ex ministro Cruz- Coke señaló  que “fue un año muy positivo para la cultura y las artes en nuestro país”, cuando presentó  el  noveno informe anual  de Cultura realizado  por el Instituto  Nacional de  Estadísticas (INE). Destacó  el 8.6%  de aumento  en el número de asistentes a espectáculos públicos, los 912 mil personas que  congregó el cine, un 163 por ciento  que  el año anterior.

La directora del observatorio de Políticas Culturales, Bárbara Negrón  recalcó  que  a pesar  que el crecimiento  es positivo, es una tendencia que se ha registrado desde años anteriores y que  la producción  nacional continúa  con bajas cifras en relación  a los  productos extranjeros.   Por su parte el subdirector de la revista del Magíster en Gestión Cultural de la Universidad de Chile, Fabián Retamal, cuestionó el positivo balance que se hizo para el cine chileno “Cuando uno mira con lupa cuáles son las producciones nacionales que acarrean más público, se da cuenta que hay un género que prima, que es la comedia más bien comercial.

Mientras, un grupo importante de la población  sigue  sin acceso, no solo por recursos económicos, sino también por el capital cultural que posee. Y las cifras no se hacen cargo de lo que pasa en términos más específico: “si se hiciera un análisis comparativo, por ejemplo en la región Metropolitana, sobre todas las comunas en las que se exhiben estas manifestaciones artísticas, esta actividad que se ve pujante se focaliza en tres o cuatro comunas” subrayó Retamal. Esta misma situación se vive de manera descarnada en las regiones extremas de nuestro país, donde el porcentaje de asistencia y desarrollo de actividades culturales es mucho más bajo que en otras zonas del país.

Debemos avanzar  hacia el acceso gratuito  para sectores más vulnerables de la sociedad, siempre y cuando estos  no sean eventos aislados sino  que sean  sustentables como política,  de manera que las actividades artísticas  se complejicen  y lleguen a ser  un hábito cultural incorporado  como forma de vida.