Opinión: La responsabilidad es cosa de chicas

09 Abril 2015

Dicen por ahí que las mujeres son buenas para endeudarse, para comprar y gastar más de la cuenta. Los números, sin embargo, dicen lo contrario.

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Hace poco salió un estudio de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), que vino a derrumbar el mito de que las mujeres son quienes más se endeudan. Las cifras, pese a la creencia popular, demuestran exactamente lo contrario: ellas deben menos y pagan más. En Fondo Esperanza tenemos la certeza de que eso es así. De las miles de mujeres que emprenden en esta institución, más de 90% cumple con sus compromisos de pago y con el Banco Comunal al que pertenece.

María Fuentes es una de ellas, comenzó vendiendo plantas en un carrito por las calles de Chillán, luego de que su marido quedara desempleado. “Recuerdo muy bien cuando el año 2008 me invitaron a sumarme a Fondo Esperanza. La persona que me llevó lo hizo sabiendo que yo atravesaba una situación económica muy compleja. Pero he respondido muy bien a esa confianza que tuvieron en mí, ya que en todo este tiempo, jamás me he atrasado en un pago”, explica.

Más al norte, en la comuna de La Calera, Rosa Jiménez tiene un local de comida rápida que mantiene con esfuerzo y trabajo inagotable. Para ella, lo más importante es la responsabilidad y las ganas de crecer. “Ser trabajadora y responsable con nuestro dinero y con lo que uno se compromete cuando uno ingresa a Fondo Esperanza. En nuestro Banco Comunal no hemos tenido problemas de ser morosos. Pagamos siempre al día. Por ejemplo, yo soy delegada de mi grupo y me gusta que la plata de la cuota esté en mis manos el día anterior. Incentivamos a la gente para que esté al día. Hay que pagar antes para evitar problemas y no perjudicar a otras personas”, dice.

Comparte su opinión, Susana Álvarez, una emprendedora temucana que se dedica a las manualidades. “No importa de dónde me llamen, ahí estoy”, dice. Con paciencia y disponibilidad, Susana se traslada a cualquier parte de Vilcún o Temuco para visitar a sus clientes, tomar las medidas, escuchar sus ideas e imaginar qué colores, texturas y diseños quedan mejor. Es precisamente esta, la mayor fortaleza de esta microempresaria que el 2008 recibió la invitación de participar en el Banco Comunal (BC) “Emprendiendo al futuro”. Fue a una reunión y le gustó. “En la institución he aprendido a manejar la plata. Ahora sé sobre las ganancias, lo que va quedando, lo que puedo usar y eso es un avance para mí. Antes lo que ganaba lo gastaba, en cambio ahora invierto y después veo lo que me queda”, explica. Este conocimiento de cómo sacar los costos y ganancias, le permitió contratar a una chica que le ayuda en las labores de su taller. “Le pago semanalmente e incluso las horas extras”, indica. Además, puede darse uno que otro “gustito”. “Me siento más realizada, mi hijo pudo terminar de estudiar y tengo mis lucas para darme mis lujitos”, añade.

Son mujeres que practican y promueven, con entusiasmo, la importancia de saber manejar la plata. Son, sin duda, administradoras de lujo, mujeres responsables.

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