[Opinión] "Empecemos el debate Constitucional"

25 Octubre 2015

Lee la columna de Raúl Oliva Camadro. Abogado y Consejero Federal del Partido Progresista.

Corresponsal El... >
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En una columna publicada en El Repuertero, el pasado 22 de octubre, Vallespin se pronuncia a favor de una nueva Constitución Política para el país y esa opinión, sin duda, es valorable.

Señala el columnista su disposición a que “el actual Congreso, del cual soy parte” defina los  “mecanismos a través de los cuales pudiera desarrollarse una nueva Constitución, agregando que “la Presidenta fue clara al decir que podría ser una comisión de senadores y diputados; también una Asamblea Constituyente, un grupo de parlamentarios y representantes sociales elegidos por la comunidad, o un plebiscito.”  

A renglón seguido  el diputado proclama desde ya su opción por una de las posibilidades que consiste en que “el próximo Congreso, que será electo en 2017 sin el sistema binominal, redacte el nuevo texto constitucional, que a diferencia del actual, nacerá en democracia.”

Finalmente agrega, una afirmación indiscutible consistente en que la “forma de validación final es un plebiscito informado, documentado, para que sean los propios ciudadanos quienes aprueben el contenido”.

¿Término del binominalismo?

Lo primero que hay que señalar es el binominalismo persistirá en el próximo Congreso, que se elegirá el 2017,  básicamente porque no se elegirá más de la mitad del Senado (solo 23 se elegirán el 2017  y 27 el 2021). En consecuencia se mantendrá un importante número de senadores (20) que fueron elegidos en sistema binominal. En el nuevo sistema 7 circunscripciones senatoriales regionales son binominales, es decir eligen 2 senadores.

El binominalismo persistirá además en varias regiones y en algunos distritos.

De este modo, el sistema de bloqueo o veto de minoría,  de la actual constitución, tiende a mantenerse.

Las sombras de deslegitimación y desconfianzas que pesan fuertemente sobre la institucionalidad, no desaparecerán con una nueva elección parlamentaria.  Hoy es más necesario que nunca que las iniciativas nacidas del Informe de la Comisión Engel, se transformen en una legislación eficaz, y que la ciudadanía pueda verificar que la nueva normativa se cumple y que las infracciones se sancionan de modo severo.   

¿Porque ha descartado de plano, el diputado,  una Asamblea Constituyente?

No basta que la nueva constitución nazca en democracia, como cree el diputado. El proceso de decisión y de ratificación debe estar libre de toda sospecha. Que este Congreso o el nuevo Congreso se planteen “hacerse cargo” de la redacción del método o del texto constitucional, solo sembrará más dudas y tal vez la convicción de que no se desea devolver a la ciudadanía su rol de constituyente.  

La Asamblea Constituyente es un órgano colegiado, elegido para un solo propósito, de manera proporcional en todo el país. Su única finalidad es la de adoptar un texto constitucional que debe someterse a un plebiscito.  Sus integrantes son constituyentes, ni diputados, ni senadores. Orientar el proceso constituyente hacia este camino amplio, transparente, realmente representativo,  sería el primer gran paso hacia la recuperación de la legitimidad, que los poderes públicos y las instituciones requieren con urgencia.