Hoy se votará el Senado chileno la aprobación de la Ley que restringe la venta de comida chatarra en escuelas, colegios, liceos, institutos y universidades.

Por años, Guillermo Alvarez y su empresa familiar Wiluz Kiosco Saludable ha librado una cruzada anónima por revertir los niveles de obesidad y sedentarismo que sitúan a nuestro país en el top five mundial.

“Creemos que bastante de nuestros postulados se ven reflejados en este proyecto, que cursó los trámites desde el año 2008. Como si las materias que viene a normar no hubieran tenido una real urgencia”. señaló Alvarez.

Aún cuando se demoró en ver la luz, la discusión en torno a esta Ley también ha pecado de poca profundidad y la suspicacia sobre los acomodos que tuvo la industria alimenticia para ganar tiempo -más que necesario- y el intenso lobby que se vio oficializado en la presencia de varias marcas en los programas gubernamentales por la vida sana.

Nadie quería quedarse bajo el carro de la victoria o todos querían una parte de la torta.

Lo esencial es que tras años de discusión, pronto debiera promulgarse el texto que también restringe la publicidad por televisión al horario nocturno y elimina todo anuncio dirigido a menores de 14 años.

Mientras algunos abogan por las libertades individuales los consumidores defienden las prohibiciones que introduce.

Alvarez sostiene que “En nuestra visión, justificamos el mal menor. Es decir, en pos de la salud infantil sacrificar una porción de las libertades nos parece plausible”.

Por otra parte, la ley introduce cambios en los programas curriculares de la educación para fomentar la vida sana.

“La exitosa experiencia del primer kiosco saludable en la escuelas de Puerto Montt, nos permiten afirmar que vamos por la senda correcta. El proyecto piloto que desde marzo implementamos en la Escuela República Alemania, fortalece nuestras convicciones y nos alienta a continuar con esta promoción por la vida sana”. argumenta el dueños de los kiosocs Willuz.

Se termina así, largos años de comida chatarra en las escuelas y se acaban sucias estrategias de marketing, donde el todo vale por vender, lleno las panzas de grasas saturadas, ofertas para agrandar combos y encajarnos otra promo con el ardid del juguete o película de moda incluida.

“Dentro de un año, este proyecto entrará en vigencia y los plazos para la reconversión se acabará no sólo para la industria, sino también a los miles de concesionarios o dueños de kioscos. Y aquí, por cierto, hay una responsabilidad social ineludible”, sentenció Alvarez.

O remamos todos hacia el mismo lado o se instalará un verdadero contrabando de papas fritas frenando los esfuerzos de quienes, como Wiluz Kiosco Saludable, postulan un nuevo estilo de vida, en un país al que de flaco sólo le queda su forma en los mapas.