Legalidad y medio ambiente: Punta de Choros y otros

30 Agosto 2010
Punta de Choros es un momento de una realidad más completa. Por ello, una vez pasado el problema en lo inmediato conviene reflexionar sobre ello, sabiendo que hay muchas otras situaciones en que lo mismo volverá a surgir.
Ciro Schmidt Andrade >
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EL comienzo del vivir de un ser es asombroso y su maravilla lo es más. Un pequeño espermatozoide lucha por llegar a un óvulo lo fecunda y ahí está: VIDA. De alguna manera esto, de diversas formas, se replica en todos los seres vivos. Ciertamente no soy biólogo ni experto en la materia y por ello me remito, pero lo maravilloso de este hecho si lo puedo percibir porque conformo, como parte, esa gran masa anónima de los vivientes que me sostienen y me apoyan aun cuando no los conozca

El mundo de la naturaleza viva e inerte es el soporte de la vida del ser humano. En ella trabajamos, a través de ella nos expresamos. Hablar de naturaleza humana significa hablar del ámbito vital del hombre, de su entorno, de su "casa". Oikos designa, ante todo, el ámbito inmediato de la vida del hombre. Hablar de ecología implica pensar las relaciones del hombre con la naturaleza, según una imagen doméstica: el hombre está en el mundo, en la naturaleza física, como en su casa. El mundo es percibido como cosmos, orden de admirable belleza, en el que se transparenta la verdad del Ser y su fundamento divino.
La naturaleza (respetando el equilibrio ecológico) está al servicio de la persona. Los ecosistemas tienen su punto culminante en la síntesis de la vida que es el ser humano. Sin embargo, la naturaleza no es solamente algo para usar, sino una realidad para conocer y admirar, objeto primero de asombro. El auténtico dominio del hombre sobre la tierra, al cual está llamado por vocación divina, no es el que corresponde a un conquistador que sojuzga a un extraño, sino que consiste en la capacidad de conocer sus leyes y emplearlas sin vandalismo ni crueldad. Al romper sus relaciones vivientes con la naturaleza, el hombre queda disminuido en su propio ser, exiliado del paraíso y su auto-desarraigo lo impulsa a la aventura suicida de la tecnocracia.
¿Qué hijo no desea ver en su madre un rostro hermoso y limpio, especialmente cuando ella, en forma continua, se reviste con generosos ropajes?. Por eso al hablar de la madre-tierra, debemos pensar que la hemos prostituído en un abuso indiscriminado y, llenándola de postizos, la entregamos, fácilmente, al mejor postor, en vez de ayudarla a que, en su fertilidad, sea inagotable matriz de vida. Sólo hoy, cuando tememos no pueda ampararnos, nos preocupamos (ojalá no en su vejez) por mejorar su rostro. Sin embargo, ella es plenitud de bella vida en sus múltiples formas.
No podemos ser aventureros que hacen de la violación su riqueza, sino hijos amorosos que hacen del cuidado filial su sentido. Un momento de reflexión sobre el sentido de la tierra en las culturas andinas nos ayudaría a reconstruir lo que con tanto desenfado vamos depredando.
“En esta época florecen los cactus de la costa. Lejos de esta región, en los contrafuertes de la cordillera andina, como los cactus se elevan gigantescos, estriados y espinosos, columnas hostiles. Los cactus de la costa, en cambio, son pequeños y redondos. Los vi coronarse con veinte botones escarlatas, como si una mano hubiera dejado allí su ardiente tributo de gotas de sangre. Después se abrieron. Frente a las grandes espumas del océano se divisan miles de cactus encendidos por flores plenarias"( P. Neruda: “Confieso que he vivido”).
Siendo amantes de la vida, debemos protegerla en todas sus formas, allí donde ella brota Sin embargo tampoco podemos olvidar que el hombre, respetando los sistemas, debe vivir y avanzar en su calidad de vida en todo aspecto.
“Estoy contento, oh tierra de volverme a hallar sobre ti. ¡Cuan bello es bañarse en la vida y hallarse en medio de ella como sobre la barca que sobre el río desbordado lucha ágil con la corriente! ¡Cuan bello es el cielo visto desde la orilla de la tierra! ¡Oh gracia misteriosa de la vida de la vida, yo te bendigo, te exalto y te alabo: oh manantial profundo, oh principio esencial… ¡ Soy: respiro profundamente sobre la tierra, tengo mi sitio bajo el sol. Oh milagro, se me ha concedido el permiso formidable de ser hombre” (Psichari: “Viaje del centurión”)
El problema al que apunta este titulo parece haberse aplazado o desaparecido. Sin embargo entre nosotros esta realidad estará siempre presente. Por ello urge un diálogo y un ordenamiento desapasionado sobre el destino y el sentido de nuestro suelo. Tal ahora cuando ha cedido en algo la reacción de las partes podamos pensar con sinceridad, con verdad y con apertura, buscando el bien común. Y pueda la autoridad avanzar en formas de legislación que dejen normativas claras al respecto
La necesidad (urgente) de formas de energía es inevitable al mismo tiempo que es imperativo el orden y sostenimiento de nuestra realidad natural. No se obtiene nada si no nos abrimos a un diálogo franco y desapasionado en busca de soluciones que superen las ideologías de unos y otros así como la búsqueda de ganancias de algunos.



Comentarios

Imagen de juanita

Cuando vamos a aprender a

Cuando vamos a aprender a tomar solo lo necesario de la naturaleza y convivir en armonia con ella. nos ha dado tanto, sin embargo nosotros la tratamos tan mal,solo destruimos lo que se nos lego como preciado tesoro.

Las consecuencias,son las enfermedades,el aumento de zonas deserticas,falta de agua y alimentos.

Solo por la ambicion de unos cuantos.

Imperativo es que nosotros como cuidadanos decidamos lo que queremos dejar a nuestros hijos y nietos.