Buenas conversaciones, buenos futuros
Parádojica aseveración política
03 Julio 2009
No encuentro congruencia en los continuos emplazamientos que se han hecho, aduciendo que la calidad de la educación es deficiente, afirmando que se han perdido varias generaciones de jóvenes. Por Hugo Pérez White
Hugo Pérez White >
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No encuentro congruencia en los continuos emplazamientos que se han hecho, aduciendo que la calidad de la educación es deficiente, afirmando que se han perdido varias generaciones de jóvenes los cuales si bien hoy son profesionales, al decir de algunos estamentos, éstos no serían idóneos para ejercer con propiedad los cargos o actividades que desempeñan y esperan que ellos sean los futuros líderes que han de manejar el país, legislar en el congreso nacional para tener leyes más progresistas acordes con la realidad mundial en que estamos insertos, manejar con eficiencia la hacienda pública y en resumidas cuentas hacer avanzar al país en forma sostenida para llegar a constituirnos en un país desarrollado.
Si fuesen ciertas estas afirmaciones, por qué ha habido tanto entusiasmo en los líderes de opinión en manifestar que los liderazgos políticos deben estar en manos de los jóvenes y así lo están haciendo con gran estrategia publicitaria.
Los resultados de la prueba SIMCE no son alentadores anotando bajos estándares de rendimiento en el aspecto cognitivo en asignaturas de Matemática y Lenguaje como las más notorias y preocupantes destacando la escasez de vocabulario, comprensión de lectura, capacidad de análisis y síntesis y otros aspectos que no se recuperan en el paso por las aulas dando como resultado bajos puntajes en la prueba de selección universitaria y por ende dificultan un ingreso adecuado a las carreras a las cuales los jóvenes tenían puesta sus miradas de futuro profesional y se han visto obligado por las circunstancias a estudiar carreras contrapuestas a sus vocaciones o aptitudes personales que con el paso de los años los convierten en amargados e ineficientes en el desempeño de sus funciones.
Los jóvenes han sucumbido a la avalancha de críticas que la sociedad les transmite todos los días y han pagado las consecuencias de las discriminaciones, el maltrato generacional y la falta de oportunidades en el campo laboral.
Para construir una sociedad más justa, equitativa e inclusiva en término de género, se debe mejorar la calidad de la educación en forma sustantiva, aprovechando al máximo la calidad de sus profesores, la infraestructura tecnológica que el mundo nos ofrece y que está a nuestra disposición, el ingreso masivo de nuestros niños al sistema educativo, su permanencia en todos los niveles de enseñanza y la superación intelectual y académica de nuestros educandos alejándolos en esta forma de la droga y el alcoholismo como fuentes naturales de diversión, drama social que ha roto la sana convivencia familiar y destruido muchos hogares.
Si fuesen ciertas estas afirmaciones, por qué ha habido tanto entusiasmo en los líderes de opinión en manifestar que los liderazgos políticos deben estar en manos de los jóvenes y así lo están haciendo con gran estrategia publicitaria.
Los resultados de la prueba SIMCE no son alentadores anotando bajos estándares de rendimiento en el aspecto cognitivo en asignaturas de Matemática y Lenguaje como las más notorias y preocupantes destacando la escasez de vocabulario, comprensión de lectura, capacidad de análisis y síntesis y otros aspectos que no se recuperan en el paso por las aulas dando como resultado bajos puntajes en la prueba de selección universitaria y por ende dificultan un ingreso adecuado a las carreras a las cuales los jóvenes tenían puesta sus miradas de futuro profesional y se han visto obligado por las circunstancias a estudiar carreras contrapuestas a sus vocaciones o aptitudes personales que con el paso de los años los convierten en amargados e ineficientes en el desempeño de sus funciones.
Los jóvenes han sucumbido a la avalancha de críticas que la sociedad les transmite todos los días y han pagado las consecuencias de las discriminaciones, el maltrato generacional y la falta de oportunidades en el campo laboral.
Para construir una sociedad más justa, equitativa e inclusiva en término de género, se debe mejorar la calidad de la educación en forma sustantiva, aprovechando al máximo la calidad de sus profesores, la infraestructura tecnológica que el mundo nos ofrece y que está a nuestra disposición, el ingreso masivo de nuestros niños al sistema educativo, su permanencia en todos los niveles de enseñanza y la superación intelectual y académica de nuestros educandos alejándolos en esta forma de la droga y el alcoholismo como fuentes naturales de diversión, drama social que ha roto la sana convivencia familiar y destruido muchos hogares.
Comentarios
El año recién pasado tuve
El año recién pasado tuve a mis hijos en un colegio particular subvencionado, que tuvo muy buenos resultados en SIMCE, este año los cambié por un tema económico a un colegio municipal, que también tuvo buenos resultados, pero obviamente muy por debajo del primero.
Creo que principalmente, dichos resultados, se sustentan en la calidad de educación y exigencia de los padres, más que de los educadores.
Siendo mi madre profesora del sistema municipal, habiendo estudiado, no hace muchos años, en ambos tipos de colegio, y habiendo conocido de cerca la calidad, no sólo profesional de muchos profesores, si no también personal, me atrevería a afirmar, que en este, como en ?todos? los problemas de la humanidad, el centro es ?la propia actitud? de los educadores (falta de interés en perfeccionarse, organizarse, de ser prolijos, etc).
Mis hijos, menores de 14 años ambos, reconocen que el nivel de relajo de los profesores de este colegio fiscal, sin premiar el nivel de stress que malamente generan algunos particulares, es muy alto. Los profesores de los primeros, llegan atrasados, no aprovechan el 100% de la clase, los niveles de exigencia, en forma general, son menores, etc, etc, etc. Guardando reserva de las excepciones.
Puede haber muchas explicaciones o ?justificaciones? para lo anterior, pero en concreto, los resultados no son los óptimos, en cierta medida por la ?actitud? de los profesores municipales y principalmente por la nuestra como padres, que creo no tendrían la misma ?actitud? trabajando para un particular, aunque sea subvencionado. Si es obvio, la actitud del Director e Inspector General del colegio fiscal, no es la misma que la de un socio accionista del colegio.
La actitud de los padres, tampoco es la misma siendo apoderado de un particular, simplemente aquí, hay que pagar, hay que trabajar, hay que asistir a las reuniones y citaciones especiales, hay que mantener a raya a los hijos, en comportamiento y rendimiento, entre otras cosas, por que si no, ¿saben qué?: ?los mandan de vacaciones por harto rato?.