Buenas conversaciones, buenos futuros
La opción progresista
02 Julio 2009
Como soy humanista, yo estoy con la ciudadanía y quiero tanto o tan poco estado y tanto o tan poco mercado como sea necesario para garantizar el pleno ejercicio de la ciudadanía. por Bernarda Gallardo
Bernarda Gallardo >
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No hay caso. Para mí no tiene ningún sentido que la identidad política de uno sea la apelación a la derecha o izquierda nacida con la Revolución Francesa, cuando en la Asamblea Constituyente de 1789, se ubicaron a la derecha los diputados que quería restituir la monarquía y a la izquierda los partidarios de la Revolución. Menos sentido tiene ser de centro, apelando a un punto equidistante entre los dos. En buen chileno “ni chicha ni limonada”. No tiene sentido y confunde muchísimo. De hecho mucho del desinterés por la política nace de esa confusión. ¿Por qué? Porque la oposición derecha versus izquierda se vincula actualmente con una falsa oposición; la del Mercado versus el Estado. Así si eres de derecha debes estar a favor del mercado y si eres de izquierda debes estar a favor del estado. Suena simple y claro leído en el papel, en teoría, porque la experiencia histórica y cotidiana de cada uno de nosotros nos muestra todo lo
contrario. Estado y Mercado son dos instrumentos completamente complementarios y pueden ser utilizados a favor de fines progresistas o conservadores.
En Chile fue el Estado el que el que creó las condiciones para impulsar los procesos de industrialización de los tiempos de la CORFO y la Alianza para el Progreso, protegiendo el mercado nacional necesario para sostener la producción industrial nacional en el llamado modelo de sustitución de importaciones. Estamos hablando de oferta, de demanda y de precios (o de mercancía), vale decir de mercado. En tiempos de Pinochet, nuevamente fue el estado el instrumento que usaron las clases dominantes para imponer la reconversión productiva neoliberal de nuestra economía, desregulando el mercado nacional (o los mercados del trabajo y producción de bienes y servicios)
En los gobiernos de la Concertación lo ocurrido en el país no ha sido distinto. No ha habido una oposición mercado versus estado sino una tremenda ambigüedad en la dirección de los fines públicos que el estado y el mercado en conjunto han tratado de promover. De una parte seguimos viendo un estado que profundiza las relaciones mercantiles con la privatización de las sanitarias. Un estado que interviene activa y estratégicamente en los mercados del transporte (TranSantiago) y de la infraestructura de transporte (política de concesiones del MOP). De otra parte vemos un estado que promueve regulaciones en los mercados del trabajo (sueldo mínimo, igualdad de sueldos y salarios entre hombres y mujeres, promoción de la sindicalización y control del acoso laboral). En lenguaje clásico, el estado aparece a veces favoreciendo más al capital o a veces más al trabajo y en ambos casos metido en el mercado, usando el mercado tras unos fines públicos
prometidos a la ciudadanía.
Ahora si uno se pone en el lugar del trabajador asalariado o cuenta propia, o del microempresario o en el lugar del consumidor, de los jóvenes y mujeres que buscan trabajo lo que percibe es otra cosa. Si uno es ciudadano más bien se siente aplastado entre el estado y el mercado. Siente que su propia libertad (ya no sólo sus oportunidades de consumo y de desarrollo personal y familiar) está siendo cada vez más restringida entre el estado y el mercado. Como soy humanista, yo estoy con la ciudadanía y quiero tanto o tan poco estado y tanto o tan poco mercado como sea necesario para garantizar el pleno ejercicio de la ciudadanía, de la libertad de las personas, de la igualdad entre las personas, de la justicia en nuestra sociedad, de la democracia en nuestro país. Yo soy progresista y para mí eso sí tiene sentido.
contrario. Estado y Mercado son dos instrumentos completamente complementarios y pueden ser utilizados a favor de fines progresistas o conservadores.
En Chile fue el Estado el que el que creó las condiciones para impulsar los procesos de industrialización de los tiempos de la CORFO y la Alianza para el Progreso, protegiendo el mercado nacional necesario para sostener la producción industrial nacional en el llamado modelo de sustitución de importaciones. Estamos hablando de oferta, de demanda y de precios (o de mercancía), vale decir de mercado. En tiempos de Pinochet, nuevamente fue el estado el instrumento que usaron las clases dominantes para imponer la reconversión productiva neoliberal de nuestra economía, desregulando el mercado nacional (o los mercados del trabajo y producción de bienes y servicios)
En los gobiernos de la Concertación lo ocurrido en el país no ha sido distinto. No ha habido una oposición mercado versus estado sino una tremenda ambigüedad en la dirección de los fines públicos que el estado y el mercado en conjunto han tratado de promover. De una parte seguimos viendo un estado que profundiza las relaciones mercantiles con la privatización de las sanitarias. Un estado que interviene activa y estratégicamente en los mercados del transporte (TranSantiago) y de la infraestructura de transporte (política de concesiones del MOP). De otra parte vemos un estado que promueve regulaciones en los mercados del trabajo (sueldo mínimo, igualdad de sueldos y salarios entre hombres y mujeres, promoción de la sindicalización y control del acoso laboral). En lenguaje clásico, el estado aparece a veces favoreciendo más al capital o a veces más al trabajo y en ambos casos metido en el mercado, usando el mercado tras unos fines públicos
prometidos a la ciudadanía.
Ahora si uno se pone en el lugar del trabajador asalariado o cuenta propia, o del microempresario o en el lugar del consumidor, de los jóvenes y mujeres que buscan trabajo lo que percibe es otra cosa. Si uno es ciudadano más bien se siente aplastado entre el estado y el mercado. Siente que su propia libertad (ya no sólo sus oportunidades de consumo y de desarrollo personal y familiar) está siendo cada vez más restringida entre el estado y el mercado. Como soy humanista, yo estoy con la ciudadanía y quiero tanto o tan poco estado y tanto o tan poco mercado como sea necesario para garantizar el pleno ejercicio de la ciudadanía, de la libertad de las personas, de la igualdad entre las personas, de la justicia en nuestra sociedad, de la democracia en nuestro país. Yo soy progresista y para mí eso sí tiene sentido.
Comentarios
SOMOS MUCHOS LOS QUE
SOMOS MUCHOS LOS QUE DESEAMOS cambios, el tema es como concretarlos, las redes políticas establecidas e infiltradas en todos los cargos administrativos se encuentran bien pagados, o al menos con sueldos seguros y estos colaboran para que su piso no se les mueva, El proceso de cambio a una real democracia, requiere estrategias de acción que son factibles, pero es necesario organizarse.
De la masa electoral menos informada y mas desprotegida se valen los partidos políticos para obtener sus cupos, el 50% del electorado actual en condiciones de participar no lo hace..
Tenemos ciudadanos electores ciegos, que una vez emitido el voto, se vuelven invisibles, no se les considera, no lo consultan ni menos participa
Los invito a compartir un proyecto de acción ciudadana intercambiando ideas
Sergio Contreras Fernández
Manuel Rodriguez 0195 Curacautin
Tel. 045-881857 Cel. 77130429
[email protected]
Luis Felipe, sí, claro, de
Luis Felipe, sí, claro, de eso se trata... de abrir y compartir nuestras conversaciones, de buscar lo que es común porque nos afecta e interesa a todos pero a todos de manera distinta y por eso no sobra nadie a la hora de buscar el qué hacer para salir adelante... feliz yo voy a esas conversaciones en el cara a cara o en el encuentro virtual, como este.
sldos cordiales, Bernarda.
Pedro, a mí me sorprende tu pregunta... en mi desempeño profesional como familiar, como de pareja, como de vecina, como de consumidora, como todo aquello que somos y que no nos reduce porque hacemos distintas cosas pero siempre las hacemos desde uno mismo, en fin, en todo lo que hago soy yo misma y mis valores... porque si soy ser humano es porque soy sujeto moral, entonces en lo que hago busco hacer realidad aquello en lo que creo. También en la pega ejerzo la obediencia debida y no estoy en ningún cargo de confianza (donde no se la puede ejercer, tienes razón en eso y porque comparto tu rzón soy profesional y no jefe)... desde acá, desde abajo, desde la mirada y la esperanza de la ciudadanía he impulsado un montón de cambios en las políticas públicas que se aplican en la región y feliz de conversar de ello, no para que me tomes examen de consecuencia político valórica sino para entre los dos ver aún mucho más allá de lo que lo puedo hacer sin tu aporte. Te invito también a tí y a RIGOBERTO ELORRIAGA a sumarse al grupo de facebook "Más democracia ahora" para levantar la opción progresista en la que muchos y muchas estamos.
En el artículo planteo que para mí tiene sentido progresista: "garantizar el pleno ejercicio de la ciudadanía, de la libertad de las personas, de la igualdad entre las personas, de la justicia en nuestra sociedad, de la democracia en nuestro país"... Y en el grupo Más Democracia Ahora, cosas como esta: "Partamos? Porque creo en la libertad y en la dignidad de todo ser humano, quiero más democracia ahora y esto significa para mí: inscripción automática en los registros electorales y voto voluntario; no quiero más sistema electoral binominal; sí, defensor del pueblo y plebiscito vinculante; democratización de los gobiernos regionales y gobiernos locales en una verdadera democracia local; no más presidencialismo exacerbado y centralismo en la toma de decisiones de cosas que nos afectan a todos; quiero ley de cuotas para destrabar la participación política de las mujeres en puestos de autoridad, derecho a voto a las y los chilenos que viven en el extranjero, que los dirigentes sindicales puedan postular al Parlamento y quiero derecho a negociación colectiva para los funcionarios públicos"? Te espero, súmate... mis saludos, Bernarda
gracias Yoyo... juntas somos más!!!!!
cariños, Bernarda
Muy claro y simple tu
Muy claro y simple tu mensaje Bernarda. Para mi el tema es que hay que abrirse a un debate mas inteligente y romper con el famoso paradigma ideológico que en gran manera definió el destino de nuestro planeta durante el siglo pasado. Hoy las cosas son mas complejas y debemos abrir nuestras mentes a soluciones complementarias. Ese cambio es clave para crecer como nación. De ahi se construye.
Buen comienzo con final
Buen comienzo con final chusco, débil, incongruente. Hubiera dado lo mismo decir progresista que conservadora...Se está a favor de la ciudadanía, eso no es patrimonio del progresimo. ni de los liberales. Por algun parte existe un partido que se llama Ciudadanos, no son liberales, no son progres, son eso ciudadanos.
Bernarda. Leo con interés
Bernarda. Leo con interés su nota, lo mismo que algunos artículos anteriores suyos. Todos en tiempo de campaña, todas campañas en las que usted ha estado involucrada como candidata.
Reconozco en sus palabras una crítica real y acertada hacia un gobierno que no ha sabido conducir los procesos de planificación y desarrollo del país.
Su opinión es clara. A mi al menos me gustaría saber cómo concilia usted esta opinión crítica acerca de cómo se están haciendo las cosas con la labor que ha desempeñado durante años trabajando para este gobierno en una repartición que se dedica, precisamente, a la Planificación Regional.
A ratos el Estado y el
A ratos el Estado y el Mercado, aplastan al ciudadano, lo instrumentalizan, lo "deshumanizan", reduciéndolo a un mero porcertaje susceptible de ser moldeado según los intereses de determinados grupos. Transformandolo en un ciudadano pasivo, un simple espectador de una realidad que se construye sin el, y muchas veces contra el.
Partiendo de aquella premisa, es lícito entonces plantear la necesidad de abrir espacios a la participación ciudadana en el proceso de articulación y de posicionamiento de las distintas candidaturas a diputados en nuestra zona. La ciudadania lo necesita.
Nos debemos a la gente, la invito Bernarda a recorrer el distrito con foros ciudadanos, organicemos aquello en común una vez que estemos todos en el punto de partida de la carrera parlamentaria, ayer fue grato ver el realizado por paz ciudadana en Santiago entre los presidenciables.¿Porque aca en nuestra zona no podemos hacer algo mejor?
De cara a la gente, con la gente y para la gente, nunca sin ella, nunca contra ella.
Hagamos de la democracia, una fiesta de alegres colores libre de la maquinaria electoral temerosa de perder el poder. Hagamos de esta elección algo limpio, rico en ideas y ajeno al quehacer mezquino atiborrado de descalificación y odio.
Me alegra saber que en escencia se comparten los mismos valores democraticos. Mucho exito.