Proyecto "Acompáñame a Crecer": Un premio a la Resiliencia

02 Diciembre 2008
Estudiantes de 4º año de Psicología de la UACh, mediante los saberes de la Psicología Educacional plasman su responsabilidad social en aptitud y voluntad. Por Ana María Morales
Ana María Morales >
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El proyecto "Acompáñame a Crecer de la Escuela de Psicología de la Universidad Austral de Chile" junto a JUNAEB, tiene por objetivo favorecer la resiliencia de niños y niñas beneficiarios del Programa Habilidades para la Vida.
Por resiliencia se entiende la capacidad para enfrentar las adversidades de la vida, re-significarlas e inclusive, ser transformados(as) por ellas. Trabajando desde esta mirada, se produce un cambio desde la tradicional intervención centrada en el déficit, hacia el fortalecimiento de las capacidades de los niños y niñas beneficiados(as). Desde esta mirada, se trabaja principalmente autoestima, hábitos de estudio y la alianza familia – escuela.
Para lograr esto, estudiantes de 4º año de Psicología de la UACH, mediante los saberes de la Psicología Educacional plasman su responsabilidad social en la aptitud y voluntad para dar respuesta a las necesidades y demandas sociales. Estos comprometidos estudiantes trabajan semana a semana, directamente con el/la niño(a), en las casas con las familias, en la escuela con profesores y con profesionales de los Centros de Salud que estén a cargo de algún tratamiento.
Este año tuvo lugar la segunda versión del proyecto Acompáñame a Crecer. Durante el año 2007 fueron beneficiados 12 niños y niñas, y este año se aumentó a 14, dado el beneficio reportado por las mismas familias.
En efecto, en el año 2007 el 100% de los acompañantes reportó en sus informes que sus niño(a) desarrollaron mayor confianza en sí mismos, en tanto integraron en su autoconcepto múltiples habilidades que no habían visibilizado y mejoraron la valoración que tenían de sí mismos.
Además, en el 75% de los casos hubo al menos un adulto significativo que asumió un rol más activo en el apoyo a la educación de los(as) niños(as). Cabe destacar que se hipotetiza que esto se debió, principalmente, a la visibilización de los recursos tanto personales como del/a niño(a).
Muchos adultos no se sentían lo suficientemente competentes como para favorecer el aprendizaje de los/as niños(as), o bien no habían integrado completamente las oportunidades de desarrollo. Además, hubo un cambio a nivel de locus de control, asumiendo las consecuencias de las acciones y omisiones, en lugar de delegar responsabilidades en la escuela. Por último, el 100% de los niños(as) logró desarrollar mayores hábitos de estudio. En el reporte de los estudiantes, las atribuciones se relacionaron con el fortalecimiento de la autoestima, de las expectativas de autoeficacia y del sentido personal del proceso de aprendizaje.
Para el año 2008, se esperan resultados iguales o superiores. Si bien aún no se cuenta con la información necesaria para efectuar un balance, ya se observan algunos cambios. Las familias, en general han muestran que hoy cuentan con más espacios de comunicación entre sus miembros, dándose más tiempo para compartir.
Además, la calidad de estos espacios es distinta, en tanto efectúan mayores referencias a los buenos comportamientos, en lugar de sólo enfocarse en los incumplimientos de los niños. Con ello, ahora los niños obtienen reconocimiento por sus logros frecuentemente. Con respecto a la alianza entre la familia y la escuela, ahora refieren haber aprendido a reconocer y valorar aquellas herramientas con que cuentan para apoyar el proceso de aprendizaje de sus hijos.
Por su parte, los profesores han visto un aumento de la participación familiar en el proceso educativo y mejoras en el comportamiento de los niños, destacando el desarrollo de sus habilidades sociales y de estrategias no violentas de resolución de conflicto.
Evidentemente, estos resultados no serían factibles si no fuera por la fe, la perseverancia y el trabajo en equipo de todos los actores involucrados; esta historia está siendo escrita por catorce estudiantes de psicología, catorce profesores(as), catorce familias, varios profesionales relacionados con la salud pública y, catorce niños(as). Ellos se atrevieron a romper el círculo vicioso de la desesperanza y creyeron que es posible y deseable una vida social justa para todos, donde vivir desde las oportunidades enriquece la propia vida y la de los demás.