Política y Democracia: ¿Libertad o formación de máquinas?

02 Mayo 2008
Se habla de una nueva reforma electoral, la que ciertamente es necesaria, pero debe ser para estimular la democracia y no para coartarla.
Ciro Schmidt Andrade >
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La política debe ser una de las más claras manifestaciones de la Democracia y la participación de un pueblo en ella en esencial, pero en forma voluntaria y sin coacción. Es por ello que me inclino por la inscripción obligatoria y el voto voluntario.
Sin embargo no este el tema al que quiero referirme en esta reflexión. Se habla de Reforma electoral. No voy a opinar tampoco sobre ella en su totalidad, pero si sobre un aspecto que se pretende insertar.
La obligación de dejar el cargo a aquel parlamentario que abandone su partido y las órdenes de partido. (No me refiero bajo ningún concepto a hechos acaecidos recientemente) Creo que esta enmienda es un atentado contra la libertad. No es cierto que los parlamentarios sean elegidos sólo por pertenecer a un partido. Ello es un argumento falaz. La inmensa mayoría de los chilenos votamos por la persona.
Ello explica porque los partidos políticos buscan determinado tipo de candidatos para que la persona de ellos afirme la cantidad de votos de su partido. Si no podría ir cualquiera y sacarían los mismos votos. Si esta indicación logra ser aprobada debería cada partido político, sin necesidad de llevar candidatos, contar cuantos votos tiene en cada zona, y después nombrar a los que quiere y que le obedezcan sin preguntas. Parece ser que los votos de los ciudadanos cuentan poco.
Si un partido se aleja de lo que piensa en conciencia un parlamentario, en conciencia debe votas libremente o renunciar, pero habiendo sido elegido, no por el partido sino por sus electores, no veo por que, si se respeta la decisión popular, deba abandonar su cargo. Esto es sólo más coacción y menos libertad. Así avanzamos paso a paso a una democracia que cada vez lo es menos. Ya nuestros votos valen poco, pues, al final, pesan órdenes de partidos. Ahora se quiere reducirlos más.
Se dice que la juventud no se encanta con la política. No se dice nada del desencanto de muchos que fuimos a inscribirnos con esperanza (estoy en la mesa Nº 1 y siento una gran frustración). A veces siento la tentación de esperar que cuando me traslade de ciudad pueda esgrimir la distancia para no votar, si el voto continua sin servir para nada, como lo pretende esta indicación que deposita toda la decisión en pequeñas cúpulas ansiosas de poder y no de servicio público. Si esto prosperara creo que no quedaría más opción que votar nulo
A todo lo anterior se suma la falta de generosidad para poder ponerse de acuerdo en problemas fundamentales. En algunos las descalificaciones, insultos y, a veces, mezquindades, asombra y preocupa.
La política es un quehacer noble, la forma en que se realiza por muchos entre nosotros no lo es. Ella responde a la condición esencial del ser humano… Su re-significación pasa por la democratización de la democracia…. Y por la recuperación del sentido de responsabilidad social…
Sentirse responsable por las personas implica una preocupación por el bien común de la sociedad, es decir, una correcta escala de prioridades en la satisfacción de las necesidades ciudadanas. La política es un servicio a la sociedad; el político es un servidor público. El poder sólo se entiende en términos de servicio
La sociedad necesita políticos que lleven en su acción una carga profunda de humanidad y de valores, porque sobre ellos pende, no un privilegio, sino una enorme responsabilidad frente a los ciudadanos y el futuro del país, así como frente a sus propias conciencias.