¿Servicio Público o ansias de poder y figuración?

16 Abril 2008
Muchos de aquellos que se autoconfieren el título de líderes de opinión confunden esa categoría con deseos de figuración personal, cuando su real aporte debería ser el servicio público.
Ciro Schmidt Andrade >
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Se habla mucho de figuras públicas, de líderes de opinión o de vocaciones al servicio público. Surge entonces la pregunta sobre el significado de ese liderazgo y su sentido.
El líder, en tanto figura pública, orienta y conduce, pero no determina el pensar de los demás. En esa orientación da espacios para divergencias al mismo tiempo que en su propio pensamiento señala valores que valen la pena ser realizados. Por lo mismo es elemental en todo estudio de liderazgos indicar que hay líderes positivos y lideres negativos, como se señala en cualquier consejo escolar. Lo mismo sucede a nivel informativo y de figuraciones públicas. Incluso a nivel del servidor público en tanto empleado público al servicio de la sociedad.
Muchos creen ser líderes y se dan a sí mismos ese título por el espacio que ocupan. Arrogarse ser líder, más cuando se afirma que se es líder de opinión, conlleva una pesada responsabilidad. Implica la posibilidad de orientar el pensar de otros y ello supone ser consciente de ese deber, así como de los derechos de aquellos a los que se manifiesta esa opción, dar sentidos profundos a esas mismas opiniones, evitando la vulgaridad, los antojos personales, la superficialidad, el atentado contra la intimidad de otros y respetando la dignidad de todos, aún en la diferencia de pensamiento de los demás. Se orienta el pensar, lo que no significa que los demás deban pensar como ese líder piensa.
Por ello preocupa que, con frecuencia, en distintos ámbitos de la realidad, especialmente en el campo de la televisión, aparezcan seudos líderes, que infringen principios fundamentales de ese auto denominado liderazgo. Los líderes de opinión de alguna manera conducen y deben tener claro que lo público no es sólo lo que se muestra sino que es lo asumido por los otros como público. Y en ello hay, con frecuencia una dosis de exhibicionismo que contradice el sentido de servicio a más de atentar contra intimidad que a veces es necesario mantener respecto de si mismo y en la relación con los otros. Un ejemplo de ello son los comentaristas deportivos. No sólo dan la noticia sino la comentan, pero en su comentario o se está de a cuerdo con ellos o se está equivocado.
A ello se suma la necesidad de una esencial apertura al diálogo, con frecuencia ausente, en el obsesivo anhelo de un lugar a través del cual figurar. Se descubre una falta generosa de apertura en la imperiosa carencia de capacidad de renuncia por el bien común.
Albert Camus, Premio Novel de Literatura, señalaba en Carnets I “La política y la suerte de los hombres están hechas por hombres sin ideal ni grandeza. Los que tienen alguna grandeza dentro no hacen política”. No quiero ser tan tajante, porque siento que hay personas que se dedican noblemente a este quehacer, pero también siento que a veces en algunos, no sólo en política, sino en deportes, en artes, en cultura, y especialmente en el campo de la televisión para la entretención, está ausente ese mundo de ideal y grandeza al no estar presente un esencial anhelo de servicio.
Con ello el liderazgo, que debe ser servicio público, se vuelve violencia en el abuso de espacios de comunicación, ansias de poder y fuerza de dominio. Se puede violentar a los demás no sólo por coacción física sino también por coacción moral o sicológica. Cuando se piensa que se es líder y cuando de verdad se es, es imperativo preguntarse el por qué y para que de ese liderazgo y los signos que el encierra. La sociedad y el bien común lo exigen.

Comentarios

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Toda la razón Manuel. El

Toda la razón Manuel. El problema es como se llega a establecer ese liderazgo. No todos lo consiguen por caminos adecuados y se autoproclaman lideres, sin se capaces de asumir las responsabilidades que esa condición exige

Imagen de manuel gallardo

opinar es un derecho,

opinar es un derecho, liderar es un privilegio que hay que saber ganarse, antes que todo, escuchando.

Saludos.

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Ciro, sólo para

Ciro, sólo para felicitarte. Siempre leo tus artículos, me parecen fabulosos y de gran reflexion.

Gracias.