Volodia Teitelboim: Un muchacho de Araucarias y Siglo XX

02 Febrero 2008
Con toda seguridad, esta última partida, este último exilio azul, este armisticio de la vida, nos hará soñar que desde algún lugar del universo, de la diáspora final, Volodia, este muchacho del siglo XX, levantará su palabra.
Patricio Cantos >
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Estábamos expectantes respecto de quien sería el premio nacional de literatura de ese año, guardábamos las secreta esperanza de que fuera el director de la añorada y querida revista de literatura “Araucaria de Chile”.

Y no fue de otra manera, a las 15:40 horas del viernes 30 de agosto de 2002, el jurado del Premio Nacional de Literatura decidió que el mejor exponente de nuestras letras, de ese año, sería este hijo de la comuna de Ñuñoa, Volodia Teitelboim, un muchacho del siglo XX, con la sencillez habitual de su condición de luchador social y su sensibilidad literaria, nos dice;
"Agradezco que allí se indique que mi obra está dedicada a Chile, a su historia, a su pueblo, a su gente. Siempre ha sido mi motivación. Una motivación natural, desde la \'Antología de la poesía chilena nueva, hasta mis últimas publicaciones", así con ningún aspaviento, nada de boato, sólo con la sencillez republicana que le caracterizó toda su vida.
Volodia publicó un sin numero de obras, sin embargo, siempre hay una obra que nos marca, aquella que significó soñar con los parajes y los versos de tantos poetas repartidos por la faz de la tierra, una obra a través de la cual pudimos sentirlo y medir su egregia presencia intelectual, como si hubiéramos tenido largas tardes de coloquios y conversaciones a la orilla de un río o a los pies de esos árboles milenarios en los faldeos de Melipeuco o Conguillio y él, en otras costas en otros puertos, en la diáspora del exilio, rescatándonos con su palabra palpitante desde esa realidad sofocante.
Esa era la época en que agradecimos la llegada a nuestras manos de la revista literaria, “Araucaria de Chile”, importante instrumento de resistencia crítica de los intelectuales de la literatura en la diáspora.
Con toda seguridad, esta última partida, este último exilio azul, este armisticio de la vida, nos haga soñar que desde algún lugar del universo, desde algún lugar de la diáspora final, Volodia, este muchacho del siglo XX, levantara su palabra que resonara en cada araucaria que vigila el sur de Chile, y en cada uno de los corazones del pueblo que amó infinitamente.


Comentarios

Imagen de berty jeria  lira

mis letras van x otro

mis letras van x otro lado...no comparto para nada su ideologia, sin embargo una persona que ama los animales, pienso... - x la foto con ESE GATO TAAAN HERMOSO- merece todo mi respeto...

Imagen de Parrita Miguel

Ignacio, quisiera tener la

Ignacio, quisiera tener la suerte de Volodia. Ese es el lado humano, que como joven me interesa. Seria beneficioso leer una biografia, si sabes de algo, enviame un correo a [email protected]

Gracias.

Imagen de Ignacio Wainraihgt

Creo que es una suerte para

Creo que es una suerte para el Partido Comunista de Chile, el hecho de haber contado entre sus filas, con un hombre de tan alto nivel intelectual como lo fue Volodia: abogado, historiador, poeta y político. Creo que cualquier otro partido o conglomerado político habría querido tener a alguien como él.

Ayer viernes tuve la posibilidad de pasar por fuera del ex Congreso Nacional, aquí en Santiago, y las calles estaban cortadas para permitir que la gente llegara tranquilamente a despedir a este hombre.

A modo de anécdota, alguien ayer me contó que cuando Volodia estudiaba Derecho en la Universidad de Chile, a fin de año, en el examen anual oral de la asignatura de Derecho Civil, el decano, don Arturo Alessandri Rodríguez, le dijo algo así como: "señor, le voy a hacer una sola pregunta, si me la responde bien lo apruebo, pero si no la sabe se va para la casa". Entonces el profesor Alessandri le preguntó a Volodia: "¿señor cuál es su nombre?" y entonces Volodia respondió: "Volodia profesor"; y ahí mismo Volodia le dijo a Arturo Alessandri Rodríguez: "bueno profesor, en vista que respondí bien la única pregunta que me iba a formular, merezco pasar el curso"; y Arturo Alessandri no tuvo más opción que pasarlo de año, en vista que al lado suyo, en la misma comisión, estaba don Manuel Somarriva, apoyando la causa de Volodia.

Imagen de Carlos Castaing

Inspirado e inspirador

Inspirado e inspirador comentario homenaje a Volodia Teiltelboim. Un valioso aporte de Patricio Cantos PC a los lectores de El Repuertero.

Esperamos seguir leyendo las notas literarias de este repuertero ciudadano.