El día en que cenamos con Volodia Teiltelboim

Carlos Castaing: "La vida de Volodia Teiltelboim estuvo consagrada a la política y a las gestas de reivindicación de los derechos de los trabajadores. Tuve la suerte y el placer inmerecido de sentarme en dos ocasiones a la mesa con él, en el que fuera el Restaurant Balzac de Puerto Montt".

Alejandro Bernales: "Hace un par de años, no recuerdo si 4 o 5, tuve la enorme experiencia de cenar junto a Volodia Teitelboim en el departamento de mi padre y la instancia albergaba a mucha gente, casi todos miembros del Club de la Patagonia".

Carlos Castaing: "Como era yo su anfitrión tuvo la paciencia infinita de retribuírme con sus elegantes comentarios de tópicos diversos que daban muestra del interés por las personas y los hechos que los grandes hombres conservan siempre. Parecía que las cosas más ínfimas y simples eran importantes y que todos los hombres abarcaban su mundo social".

Alejandro Bernales: "A su llegada y al ver a tanta gente sentada en una mesa esperándolo, Volodia quedó mudo y extrañado no sabía en qué rareza había caído por lo que en un principio se decidió a observar por largos minutos. Finalmente y después de unos cuántas preguntas dirigidas, Volodia comenzó a hablar amenamente envolviéndonos con sus palabras y consecuencia".

Carlos Castaing: "Recordamos sus palabras cuando recibiera el Premio Nacional de Literatura 2002 al referirse a las pasiones que alumbraron su vida. En esa oportunidad expresó que "la política había sido su gran amor y la literatura su amante furtiva, pero que en sus años postreros había optado por entregarse por entero en los brazos de su amante, la literatura".

Alejandro Bernales: "En la velada Teitelboim me sorprendió por su lucidez y las mil y un anectodas contadas, desde sus aventuras con Matta más algunas divertidisimas historias, como por ejemplo nos dio a conocer en las extrañas circunstancias en que se conocieron Gabriela Mistral y el joven Matta en Europa".

Carlos Castaing: "Amó las letras, aún más las palabras y las frases cargadas de sentido y con esa economía justa que solo los grandes artistas logran imprimir a sus textos. Creo que Volodia era considerado con todos y buscaba siempre los afectos. Un orgullo para Chile será tener a Volodia en el Panteón de los Héroes".

Alejandro Bernales: "Realmente un gran señor que odiaba la Coca Cola, irradiaba sabiduría y que tuve la gran fortuna de escuchar. Fue una noche llena de emotividad y que jamás olvidaré".